El pasado domingo 8 de mayo, día lluvioso, fuimos mi esposa y yo al cine a ver la película Trumbo, que es la historia de la caza de brujas en Hollywood (centro de la industria cinematográfica de EEUU), centrándose en la figura de unos de los afectados más directamente por aquella página oscura de la historia de EEUU, cuando, bajo la dirección del comité del Congreso llamado House Un-American Activities Committee y del Permanent Subcommittee on Investigations del Government Operations Committee del Senado presidido por el tristemente famoso Joseph McCarthy, se intentó exitosamente suprimir las voces críticas con el capitalismo estadounidense, presentándolas como agentes de la Unión Soviética, país que había pasado de ser aliado de EEUU en la lucha contra el nazismo a ser su enemigo número 1 con la aparición de la Guerra Fría a mediados de los años cuarenta.