La semana pasada fue extraordinariamente rica en acontecimientos. Pero ningún medio de difusión fue capaz de reportarlos porque todos escondieron deliberadamente ciertos hechos para proteger la narración que su gobierno hacía de ellos. Londres trató de provocar un conflicto de gran envergadura. Pero perdió ante Rusia, Trump y Siria. Aunque su ejército es el cuarto del mundo, el Reino Unido no puede darse el lujo de desafiar a Rusia sin tener aliados. Londres está por lo tanto obligado a inventar un casus belli y a provocar una reacción de sus aliados para llevarlos a exponerse junto al Reino Unido.