“Claro, porque la gastronomía es economía política…porque el verdadero poder tiene que ver con gobernar el estómago de las personas. Hoy no se pelea por tierras, para qué, si la industria alimentaria controla la semilla, y son los mismos que producen los fertilizantes, los químicos, los organismos genéticamente modificados y los medicamentos. Tienen nombre, son Monsanto, Cargill, Nestlé…El poder de la comida se concentra en pocas manos y esto es de una violencia inaudita.