El día no podía ser peor. A las 8.30, justo antes de la gran misa oficiada por el Papa con motivo del día de San Pedro y San Pablo y con la mayoría de cardenales del mundo llegados al Vaticano para el Consistorio del día anterior, Pell comparecía ante los medios. Se sabía que había sido imputado por un caso múltiple de abusos a menores.