Ni el arquitecto Cristián Boza, gestor del espacio, ni Magdalena Piñera, cabeza de la Fundación Futuro, dicen recordar exactamente a quién se le ocurrió ponerle a esa área verde el nombre del sacerdote, poco después de que muriera el 2010. Ambos prefieren esperar la investigación antes de que se opte por rebautizar ese espacio. El Presidente -quien no ha opinado aún- dijo ese año que el jesuita «para mí es un santo».