Toda propuesta radical con flecos populistas, contradice las enseñanzas de Allende, quien asumió desde joven que para conducir una sociedad hacia una mayor justicia e igualdad había que sumar, aunar voluntades en pos de un destino común alcanzable. El todo o nada no es revolucionario, es conservador, porque inhibe las iniciativas, menosprecia los cambios graduales, dogmatiza la razón, impide la reinvención de las nuevas luchas y obstaculiza la alegría de avanzar.