Nuestra investigación parte de la siguiente observación: hay una aguda patología inherente al sistema que actualmente domina y explota el mundo: la pobreza, la desigualdad social, el agotamiento de la Tierra y el fuerte desequilibrio del sistema-vida. Las mismas fuerzas e ideologías que explotan y excluyen los pobres también están devastando toda la comunidad de vida y socavando las bases ecológicas que sostienen el planeta Tierra.