En una reunión de Naciones Unidas, Canadá y Chile son los únicos países que han tratado de legitimar el vertido de basura electrónica y promover el reciclaje de sustancias químicas tóxicas, las que después forman parte de materias primas con que se fabrican productos para niños. “¿Cómo es posible que estos países defiendan una política pública que potencialmente envenena a sus niños”? dijo Pam Miller, co presidenta de IPEN. “Los materiales reciclados que contienen sustancias químicas tóxicas contaminan los nuevos productos, continúan la exposición y dañan la credibilidad del reciclaje”.