El gobierno del altiplano, con todo derecho, intentó cobrar a las empresas un impuesto de 10 centavos por quintal de salitre explotado; Edwards presionó tanto al gobierno boliviano como al chileno para ponerle fin, pero la empresa se negó a pagar el impuesto, más bien se dedicó a “comprar” periodistas chilenos a fin de que expandieran una campaña chauvinista para agitar la guerra contra Bolivia. El Presidente Aníbal Pinto no resistió las presiones de Edwards y decidió ocupar Antofagasta. Un pacto peruano-boliviano fue el pretexto para iniciar la guerra del Pacífico. Siempre las guerras, incluso la de 1891, han sido muy útiles para acrecentar las riquezas de la familia Edwards.