Pistolas para los más pequeños
Recuerdo bien haber ido al rodeo en el Madison Square Garden de Nueva York con mis revólveres de seis balas colgando en mis orgullosas caderas. Seguramente tendría unos ocho o nueve años; es posible que esas dos armas con cachas de marfil –bueno; de plástico, sin duda– fueran de la línea de juguetes Hopalong Cassidy. Ese vaquero era mi favorito en la televisión y, por supuesto, yo jugaba siempre a ‘indios y vaqueros’ con mis amigos.