Antes de aceptar en nuestra mente las guerras y conquistas como algo natural, tenemos que conocer las ventajas de convivir en paz.  Antes de lamentar el Holocausto racial, y la violencia azuzada por las ideologías maniqueas (o blanco o negro) debemos extirpar las ideas mitológicas de razas, que son solo variaciones fenotípicas del ser humano que se expresa en toda la gama de colores, y que tienen que pensar y repensar constantemente cómo se organiza en pueblos y estados  para la buena convivencia.