Hace exactamente cincuenta años, el anexionismo evidenció un dramático crecimiento cuando logró aumentar el respaldo popular de apenas un 12 por ciento en 1952 a 39 por ciento en el plebiscito de 1967, para luego subir a 46 por ciento en el plebiscito de 1993 y a 47 por ciento en el de 1998. En el plebiscito de 2012, el respaldo para la anexión se redujo al 44 por ciento y este domingo se descalabró hasta bajar a 23 por ciento, con las unidades antimotines corriendo a enfrentar una insurrección que más nadie vio.