Chile es un país en empate social, incluso desde la salida de la dictadura. Ganar el poder es jugar por ganarse un margen muy estrecho de diferencia. Esto genera una estructura de sociedad condensada de la energía social  que contiene el vacío en su seno. Este vacío se produce recurrentemente en la tensión dialéctica de dos proyectos de país. Una tensión que hoy está en el Punto Cero, como exponíamos en una columna pasada.