Hoy, más que nunca, debemos ser cuidadosos con los términos que empleamos, pues el populismo es un término ambiguo y, por tanto, no se puede aplicar gratuitamente a Trump y a los movimientos europeos de ultraderecha; el populismo supone la hegemonía del actor popular, elemento faltante en estos movimientos actuales. Confundir populismo con lo popular es, francamente,  un error de análisis.