Dos indicadores: con el imperio vale pensar mal para acertar, porque allende sus fronteras solo hay intereses de “seguridad nacional”, y todo el aparato de Estado se empeña en su resguardo —la historia lo pone en evidencia y la práctica militarista lo corrobora—, y; para atender los asuntos de interés los gringos mueven lo necesario, “falsas banderas” para salirse con la suya, utilizar los artilugios posibles y apostarle a no perder. Cuando pierde arrebata.