“Cuando ingresamos al calabozo, nos obligaron a sacarnos la ropa interior de la parte superior. Nosotras al no querer hacerlo se nos dio un trato que no corresponde a un funcionario público, tratándonos de ‘lesbianas culeadas’. Como no queríamos sacarnos la ropa ellas nos gritaron que cómo nos iban a tocar, que nosotras éramos unas asquerosas”.
“Me decían ‘hácete la chora ahora’ […] Yo tenía un aro en la nariz que primero intentaron sacármelo con un corta uñas. Al no lograrlo probaron con un alicate tirándome el aro, de manera que me sangró la nariz y mientras me recogía en el suelo, se burlaban y se reían.»