En días pasados Hermógenes Pérez de Arce celebraba en una columna en un diario digital, que la buena conducta observada por el público chileno en Copa América se debía al alto costo de las entradas que solamente pudieron ser compradas por los ABC1 y no por los C2, C3 y otros de menor pelaje, que según él, son los que van a los estadios y causan toda suerte de tropelías.