Es probable que una de las consecuencias positivas de la pandemia del coronavirus sea que perpetuemos el buen hábito de lavarnos las manos. Pero ojalá con ello no corramos el riesgo de asumir esta costumbre en un sentido bíblico, al estilo de lo que hizo Poncio Pilatos para zafarse de sus responsabilidades políticas y sociales. En este sentido, el Alcalde de Santiago ya ha declarado que después de esta crisis espera que a nadie se le ocurra reeditar el Estallido Social o retornar a la Plaza Baquedano a manifestar sus protestas.