Un jurado sentenció a Debra Milke, hoy de 49 años, por asesinato, conspiración, abuso y secuestro en octubre de 1990, un año después de que su hijo de cuatro años fuera hallado muerto. Unos meses después, un juez la condenó a la pena capital. Tuvieron que transcurrir 22 años para que se aclarara su caso y fuera dejada en libertad.