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«Pacto social», imposición de la clase dominante  o  «Que mande el pueblo»

«Pacto social», imposición de la clase dominante  o  «Que mande el pueblo»
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Respecto de la oferta que efectúa el Gobierno, en representación de los patrones, para un nuevo “pacto social”, la Confederación Nacional de Trabajadores de Chile, ha analizado esta situación y considera necesario formular a los trabajadores, a nuestros compañeros de clase, las siguientes ideas para hacer frente a la situación:

Se pretende hacernos creer que mismos culpables de la situación actual, (toda la clase política) pueden transformarse en la solución, que los mismos que hicieron oídos sordos de las suplicas del pueblo y que aun gozan de groseros beneficios a costa de todos, hoy si, ahora nos escuchan.

Este escenario fue creado por el levantamiento popular, por los que se han cansado de la vida precaria, sin sentido, pobre, aburrida y alienada y comienzan a decir ¡basta!.

Nosotros decimos que se vallan todos, y que mande el pueblo. Que no negociaremos con el responsable del terrorismos de Estado, y de  graves violaciones a los derechos humanos.

Ante este nuevo escenario, los patrones y sus títeres políticos actúan rápidamente pretendiendo evitar cambios reales de fondo. El gobierno levanta su mal llamada agenda social y los partidos buscan conducir el proceso de vuelta a las urnas (plebiscito),y al parlamento, para volver rápidamente a la normalidad de sus privilegios y al saqueo de Chile .

Es así como utilizan toda su estructura mediática para lanzar distintas iniciativas destinadas a mantener la paz social que tanto los beneficia. Al respecto, a modo ejemplar, podemos mencionar el intento de los últimos días, donde hemos visto por prensa, radio y televisión como las cúpulas de los partidos de gobierno y oposición satanizan los sectores popular y a validan a otros que hacen entrega de certificados de buena conducta para instalar una mesa de negociación que les permita normalizar todo a la brevedad, al menor costo posible.

Creemos que el pacto social que ofrece el gobierno, busca crear un escenario para dar legitimidad a las iniciativas que se están fraguando con los partidos entre cuatro paredes y con los pseudo representante de los trabajadores que por años han gozado de los privilegios de estar subordinados a los partidos y al financiamiento del estado.

Los mismos que son responsables de haber reducido el movimiento Sindical,  a Sindicatos de trabajadores fijos del sector público, de las medianas y grandes empresas, excluyendo a millones de trabajadores cesantes, subcontratados, trabajadores a tiempo parcial, por cuenta propia, amas de casa, pensionados, estudiantes etc., es decir se ha transformado en corporativo, burocrático y corrupto. Además, privilegiando eternamente el diálogo social, con el Estado y el capital, las reformas laborales, por sobre la Lucha de Clases. Hoy busca posicionarse en Unidad social para cumplir con su rol historico de instrumento más de control social al servicio del capital.

En suma, todas estas iniciativas del gobierno son de muy corto alcance y mas bien, no cambian en nada la situación de los trabajadores, no olvidemos que la concertación y nueva mayoría mas que mantener el código del trabajo instalado en dictadura lo perfeccionaron, incorporando la multifuncionalidad, la subcontratación, los servicios mínimos, etc. etc.  hoy fuera de la reducción de la jornada a 40 horas nada se habla de la situación de los trabajadores. En efecto, además de un sueldo mínimo garantizado de $350.000.- subsidiado por todos, poco o nada cambia la situación general de los trabajadores. Creemos que una discusión seria de las condiciones laborales de los trabajadores debieran incluir como mínimo los siguientes puntos:

  1. Una discusión seria sobre la negociación colectiva. La negociación colectiva en Chile se encuentra al margen de las normas de los convenios 87 y 98 de la OIT sobre libertad sindical y negociación colectiva, ratificados por el gobierno y con rango constitucional por contener derechos humanos. La ley chilena infringe derechos esenciales de los trabajadores, no sólo al permitir el reemplazo en huelga, pues no existen herramienta legales eficiente para impedirlo, sino que al no garantizar efectivamente un derecho fundamental: la huelga. En la legislación chilena la huelga no solo está prohibida para amplios sectores de trabajadores, sino que donde es aceptada es totalmente incapaz de provocar alguna presión efectiva hacia el empleador, quien está autorizado a utilizar múltiples artilugios como fragmentar sus empresas y evitar la acción colectiva de los trabajadores. Para que la negociación sea efectiva es necesario que los empleadores negocien respetando mínimas garantías con el conjunto de sus trabajadores, independiente de que hayan constituido múltiples razones sociales, o mantengan join venture u holdings que permiten fructíferas utilidades de los cuales los trabajadores somos marginados. De la imposibilidad de realizar negociaciones en mínimas condiciones de igualdad se desprende la desigualdad social estructural del modelo chileno que ha provocado progresivamente la marginación social de los trabajadores y sus familias.
  2. Un cambio radical y profundo del sistema previsional y de salud. El sistema previsional chileno no sólo no ha logrado incorporar a sectores que están marginados de los beneficios de la producción en Chile, sino que además ha sumado a cientos más a un futuro inmediato de marginalidad y la reforma previsional que se pretende aprobar en el parlamento mantiene las condiciones estructurales del sistema previsional chileno, donde los fondos de los trabajadores son administrados por grandes empresas, que hacen uso y abuso de los dineros de los trabajadores y además, trabajando en beneficio propio, por ejemplo, designando directores en las empresas que son adquiridas con los dineros de todos los trabajadores.
    Por su parte, vemos cómo las empresas privadas que manejan la salud en Chile se escandalizan porque no obtienen un aumento en su rentabilidad y buscan reducir los pagos por subsidios de incapacidad laboral para aumentar sus ganancias. Esto es inaceptable, más aun considerando que actualmente miles de trabajadores tienen rechazos en el pago de sus licencias médicas. Este sistema que lucra con la salud de los trabajadores no puede continuar.
  3. La crisis del capitalismo y del trabajo imponen la necesidad de cambios en la jornada de trabajo. Frente a la situación cotidiana de abandono, explotación y marginalidad social se necesitan remuneraciones dignas y jornadas de trabajo que permitan tiempo para recrearse, desarrollarse, relacionarse, estudiar, etc. La jornada de trabajo debe reducirse a tal punto que permita el cuarto turno, o sea turnos de seis horas diarias de trabajo, cuestión que además permite avanzar hacia el pleno empleo.
    Como clase trabajadora nuestro principal tema a resolver es del trabajo asalariado y, por ende, la explotación. Todo trabajador necesita mejorar su calidad de vida a través de remuneraciones dignas y jornadas de trabajo que permitan tener tiempo libre para vivir. El trabajador no puede pasar su existencia sin poder ejercer su voluntad, estando entregada al poder de mando del patrón.

El pacto social, los planes sociales que se nos ofrecen, las reformas, justo en momentos en que comenzamos a reclamar lo nuestro, es un engaño, ¡ES MÁS DE LO MISMO!

Nada de ello apunta hacia el fondo del problema que debe ser el mejoramiento de las remuneraciones y jornada de trabajo, cuestión que sólo se logra con lucha sindical y social que nos permita superar la exclusión en que se nos ha sumido en los últimos 46 años. No se logrará la paz social que se busca, porque solo será una imposición de clase.

Esta nueva imposición o pacto social como lo quieran llamar, no detendrá el camino ya iniciado por los trabajadores y el pueblo. Este paso dado por trabajadores que tienen clara su perspectiva de clase, necesariamente debe significar un ejemplo a seguir por las demás organizaciones de trabajadores y nos debe permitir avanzar hacia los cambios que permitan una mejor calidad de vida, justicia y dignidad para los trabajadores de esta patria.

Llamamos a los trabajadores a iniciar un debate nacional, que forje la unidad en la lucha por:

  • Sueldo mínimo de $500.000.- para cada trabajador.
  • Jornada de trabajo de seis horas diarias.
  • Negociación colectiva sin restricciones y con derecho a huelga sin reemplazo.
  • Derecho a sindicalización con protección al empleo de quien se sindicaliza.
  • Indemnización por años de servicios sin tope, a todo evento y para todos los trabajadores.

 

¡POR LA DIGNIDAD DE NUESTRO PUEBLO!

¡NADA SERA NORMAL HASTA QUE TODO CAMBIE!

 

CONFEDERACION NACIONAL DE TRABAJADORES DE CHILE

Santiago, 03 de noviembre de 2019

 

 

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