La Revolución Francesa en Chile
por Margarita Labarca Goddard (Chile)
4 años atrás 3 min lectura
Fíjense que esto es igualito a la revolución francesa. ¿Por qué? Pues porque allá tampoco hubo dirigentes, el pueblo se sublevó solo. Los dirigentes aparecieron después, montones de dirigentes. Es que nunca faltan, en Chile suelen ser advenedizos, pero también puede haber algunos serios. En Francia estuvieron Danton, Robespierre, Marat, Voltaire y otros. Pero cuidado con los candidatos a dirigentes, que los franceses murieron todos sin cabeza.
No se trata de una frase metafórica, no es que a Tatán le falle el coco. Es que se las cortaron limpiamente. Por lo demás la guillotina tiene mucha prosapia, es barata y rápida, mucho mejor que los métodos inhumanos que aplican los gringos: sillas eléctricas que se descomponen durante la ejecución porque se les olvidó pagar la luz, y drogas mortíferas que no matan rápido, a fin de que se cumpla el aforismo de que “la muerte es dulce, pero su antesala debe ser cruel”.
También por acá hubo una Marie Antoinette que en lugar de decir que en vez de pan coman tortas, dijo “Que en vez de pan, compren flores”. Y no sólo hubo una Marie Antoinette, sino varias. Otro dijo que si quieren pagar menos, se levanten a las cuatro de la mañana. Y un Louis XVI también, que en lugar de afirmar que “Los pueblos no son personas sino animales”, esta lo imitó y dijo “No son personas, son alienígenas”, mucho más moderno y elegante.
En Francia la gente cantaba la Marsellesa: “Marchons, marchons, …” Y acá era: Marchemos, marchemos…” y “El pueblo unido jamás será vencido”, canción que han copiado los perdedores en todas partes, pero que ahora la están cantando los vencedores en Chile.
Varios autores dicen que en Chile marchó un millón doscientas mil persona, pero no es cierto, siempre cayendo en el centralismo por más que lo critiquen. Porque eso fue sólo en Santiago, en todo el país fueron más de tres millones.
Y si en la revolución francesa cantaban: “… ces féroces soldats /qui viennent juste dans nos bras /égorger nos fils et nos compagnes”, acá todos veían a los feroces pacos y milicos gasear y disparar contra nuestros hijos y compañeros. Y con un agregado muy actual: no sólo disparaban: gaseaban y rociaban con agua irritante.
Es que todos esos elementos, especialmente el gas lacrimógeno, contribuyeron en gran medida a contaminar el ambiente de Chile y del Continente, porque los contaminantes se dispersan hasta el infinito. Otro crimen de lesa humanidad en momentos en que toda la juventud del mundo está luchando por la vida. Los superiores jerárquicos de estos pacos y milicos tendrán que responder ante el mundo por este crimen.
Vaya, por dios, vamos a tener que pagarles derechos de autor a los franceses, pero qué tanto será, si la “Liberté, égalité, fraternité” nos emocionan a todos y las hemos perseguido inútilmente durante más de doscientos años –con ese glorioso intervalo de 1970/73.
Porque en Chile nos han traicionado, mentido, engañado y nos han considerado imbéciles y alienígenas, sin ninguna razón. Apenas ahora se dan cuenta de lo equivocados que estaban, pero no les va a servir de nada. Porque ellos son los continuadores y los émulos del innombrable, y si éste murió impune, estos otros las van a pagar, y muy caro.
No más poder, no más banco de Talca ni ningún otro, no más AFP y sus infinitos fondos, no más desvergüenza, no más privatizaciones para darles los bienes públicos a sus parientes y amigos, no más robos. Esa es la promesa que está haciendo todo el mundo pa’ callado, pero que de todos modos se escucha muy fuerte.
Se nos escapó impune el dictador, asesino, traidor y ladrón, pero sus sucesores no lo van a lograr. Para empezar, se les van a acabar sus privilegios, como bien pronosticó nuestra Marie Antoinette nacional. Y que vayan aprendiendo a levantarse a las cuatro de la mañana para luego tomar el Metro e ir a trabajar como lo hacemos todos.
*Fuente: Politika
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