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Veronika Mendoza en La Pizarra: La crisis política en Perú

Veronika Mendoza en La Pizarra: La crisis política en Perú
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05.10.2019

“LAS REGLAS DE JUEGO ACTUALES EN EL PERÚ ESTÁN CADUCAS”

“La mayoría parlamentaria se encontraba totalmente a espaldas de los intereses de la gente”

Sobre la crisis política e institucional del Perú

No se trata de una pelea entre el Congreso y el Ejecutivo sino de un episodio dentro de una crisis mayor que lleva varios años e involucra a toda la clase política y empresarial del país.

La situación ha acrecentado la distancia entre la política, la democracia y la gente muy peligrosamente.

Lo que se va develando en el Perú, es que las reglas de juego actuales en el Perú están caducas, no funcionan más porque han sido permeables a la corrupción.

Esta crisis ha servido para desnudar el nivel de compromiso que tienen los distintos actores con la democracia.

El escenario actual es relativamente claro: tenemos un solo presidente que ha disuelto el Congreso al amparo de la constitución y, lo más importante, con el respaldo del pueblo peruano.

Sobre la corrupción en Perú

Todos nuestros ex presidentes elegidos en democracia están siendo investigados y procesados por corrupción.

La corrupción como forma de hacer política en el funcionamiento del Estado y la democracia, ya no da más.

La corrupción nos plantea el desafío de cambio de reglas del juego que es el escenario que se abre de aquí en adelante.

Lo sucedido con el Fiscal de la Nación, Chávarri y el Juez Supremo, Inostosa son casos que grafican el nivel de crisis y corrupción generalizada en el que estamos aún en el Perú.

Sobre la disolución constitucional del Congreso de Perú

Este Congreso pretendía, cooptar el Tribunal Constitucional con el interés de bloquear las investigaciones sobre el caso Lava Jato – Odebrecht y otros conexos que en el Perú están avanzando de manera importante.

El Congreso estaba sirviendo de plataforma, de trinchera, para una mayoría parlamentaria no sólo de derecha, neoliberal y lobbista sino claramente mafiosa.

Nerviosos por las investigaciones de corrupción que avanzan en su contra, muchos congresistas se aferraban a su inmunidad parlamentaria para intentar evitar terminar en la cárcel.

Desde hace meses venían blindando a sus jefes corruptos y mafiosos en las otras instancias del Estado como el Ministerio Público, el poder Judicial.

La mayoría parlamentaria se encontraba totalmente a espaldas de los intereses de la gente, no se preocupaba por la cotidianidad de trabajo o acceso a salud y educación.

La decisión de la exvicepresidenta Araóz de asumir la presidencia de manera irregular fue fantasiosa y refleja la fragilidad institucional peligrosa.

Sobre Martín Vizcarra

Hay caída del empleo, pérdida de ingresos, las familias están cada vez más agobiaba y frente a ello el presidente opta por continuar con el piloto automático.

El presidente pretende resolver la desaceleración económica imponiendo proyectos mineros al caballazo.

Durante por al menos cuatro meses el presidente va a gobernar sin el Congreso y apenas con una Comisión Permanente del Congreso que se mantiene durante este periodo.

Sobre el rol de la clase empresarial del Perú

El compromiso de la clase empresarial peruana está totalmente de espaldas a la democracia.

La CONFIE, el más importante gremio de grandes empresas en Perú, respaldó esta “presidencia”que duró apenas unas horas, poniéndose de espaldas a la institucionalidad democrática.

Durante la dictadura de Alberto Fujimori, la clase empresarial peruana conspiró y pactó alegremente mientras sus negocios iban viento en popa.

Araoz pensaría que le bastaba el respaldo del sector empresarial para asumir una presidencia, pero se ha chocado contra la realidad rápidamente frente a una situación de ilegalidad.

Sobre Nuevo Perú

Nuevo Perú es una fuerza política de oposición de Martín Vizcarra y discrepamos profundamente de la política económica de su gobierno.

Hemos respaldado la decisión constitucional de disolución del Congreso, pero no significa un cheque en blanco al actual presidente peruano.

Al Nuevo Perú, como fuerza de oposición democrática; junto a las organizaciones sociales, sindicales y populares del país, nos va a tocar estar extremadamente vigilante para fiscalizar que no se cometan abusos ni se asume más la economía de las familias.

Sobre el rol de la ciudadanía en la crisis

El día que el presidente disolvió el Congreso, la ciudadanía salió a las calles multitudinariamente para celebrar con esperanza la posibilidad que este cierre constitucional del Parlamento sea un primer paso hacia una transición democrática.

Se trata de una victoria ciudadana porque era gente la que pedía al presidente en las calles, en las encuestas que procediera al cierre de este Congreso.

La gente se ha venido movilizando de manera sostenida cuando se intentó indultar a Alberto Fujimori o cuando se intentó destituir a los fiscales honestos que están avanzando en las investigaciones a los corruptos.

La crisis no se lograba resolver por los canales institucionales y ha requerido de una importante movilización ciudadana.

Esto se trata de un hito más en la lucha del pueblo peruano para frenar la corrupción y recuperar las instituciones y la democracia para ponerlas al servicio del pueblo.

Sobre las perspectivas a futuro

Perú tiene grandes posibilidades de superar esta situación.

Necesitamos transición democrática una para concluir aquella que no completamos luego de la salida de Alberto Fujimori en el 2000 y para recuperar un Estado que hoy está al servicio de los grandes poderes económicos y que ese Estado sirva, por fin, a la mayoría de los peruanos.

La distancia entre la ciudadanía y las instituciones es algo que nos debe preocupar y tratar de acortar.

Cuando quiera que sean las próximas elecciones generales, ojalá que lleguemos en condiciones de convocar una asamblea constituyente con amplia y articulada participación ciudadana.

Desde Nuevo Perú creemos que se inicia un proceso de transición democrática en tres tiempos:

  1. Los cuatro meses en los que el presidente va a poder gobernar mediante decreto de urgencia y sin el contrapeso del Congreso.

  2. La elección de un Congreso transitorio que durará un año y medio. Habría que crear una agenda que permita sanear e terreno de la política.

  3. Lograr la articulación de un bloque ciudadano, social y político para lograr cambios en una perspectiva constituyente.

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