La franqueza de Bolton: lo que quiere Estados Unidos es el petróleo de Venezuela
por Patricio López (Chile)
5 años atrás 3 min lectura
Miércoles 30 de enero 2019 9:21 hrs.
La franqueza de John Bolton, asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, nos ha ahorrado tener que explicar algunas cosas. En una entrevista indesmentible, puesto que fue realizada en directo ante la cadena estadounidense Fox Business, uno de los dignatarios más cercanos a Donald Trump afirmó que “haría una gran diferencia” si las petroleras estadounidenses pudieran acceder a los pozos de crudo de Venezuela.
“Estamos conversando con las principales compañías estadounidenses ahora”, apuntó Bolton, y añadió que su objetivo es que esas empresas “produzcan el petróleo en Venezuela. Sería bueno para el pueblo de Venezuela y el pueblo de los EE.UU.”, opinó. Estas declaraciones fueron realizadas apenas horas después que el propio Bolton anunciara la imposición de sanciones contra Petróleos de Venezuela (PDVSA), medidas restrictivas que comprenden el congelamiento de unos 7.000 millones de dólares en activos de esa compañía estatal venezolana.
En un intento por disimular las verdaderas intenciones de su país, el funcionario repitió los argumentos de la presunta defensa de la democracia y los derechos humanos, pero luego volvió a ser inundado por la transparencia al insistir en que si el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, fuera derrocado, eso implicaría un “gran avance” para crear “oportunidades de negocio” en la región.
Las declaraciones de Bolton no deberían sorprender a nadie si no fuera por el poder casi irrefrenable de la construcción mediática que se ha hecho sobre la situación en Venezuela, sin perjuicio de que como hemos dicho muchas veces sí son ciertas la crisis política, la inflación y en creciente menor medida el desabastecimiento. El propio presidente Donald Trump, quien es vilipendiado por un sector de la opinión pública en relación a todos los temas, menos respecto a Venezuela, ha afirmado antes la importancia de los recursos naturales de otros países para Estados Unidos. En el año 2012, por ejemplo, antes de ser presidente, afirmó que “estoy interesado en Libia si tomamos el petróleo. Si no tomamos el petróleo, no hay interés”, un mes después de la intervención de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), liderada por Estados Unidos, que destruyó ese país. En la misma ocasión, afirmó que se podría “ayudar” al Estado libio si a cambio entregaba el 50% de su crudo.
Cabe recordar que de acuerdo a estimaciones compartidas por el Estado Venezolano y la propia Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos (CIA, por sus siglas en inglés), Venezuela cuenta con la principal reserva de petróleo del mundo, incluso superando a Arabia Saudita.
Las cifras indican que hasta noviembre de 2017, el país caribeño contaba con 300 mil millones 878 mil 33 barriles en reservas reconocidas solo en la Franja del Orinoco.
La creciente cercanía que en los últimos meses ha tenido el gobierno venezolano con países como China, Rusia y Turquía, ha explicado en parte el apresuramiento de Estados Unidos, el cual va de la mano con su necesidad de asegurarse una fuente estable de hidrocarburo para atender el creciente mercado interno, el cual no se abastece con sus actuales producciones.
El propio presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, había denunciado el pasado 23 de enero que el principal objetivo de imponer un nuevo Ejecutivo nacional por parte de Donald Trump, responde a las pretensiones de apoderarse de las reservas naturales presentes fundamentalmente en la Franja del Orinoco. En tal contexto, se ciernen razonables dudas respecto a cuáles son las verdaderas inercias subterráneas que mueven el fulgurante ascenso de Juan Guaidó, más aún si no hay disimulo respecto a la estrecha coordinación política, comunicacional y operativa entre la Casa Blanca y el autodenominado presidente encargado de Venezuela.
*Fuente: Diario UdeChile
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