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El cuento chino de Felipe Larraín

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11 abril, 2018
El cuento chino de Felipe Larraín
El ministro de Hacienda ha venido alertando acerca del impacto que tendría en el repunte económico una guerra comercial entre China y Estados Unidos. El problema es que no son pocos los economistas que recuerdan que Larraín fue uno de los más duros críticos con las políticas económicas del Gobierno anterior, rechazando los argumentos del entonces titular de la cartera, Rodrigo Valdés, de que los principales factores detrás de la profunda desaceleración que experimentó la economía en los últimos años fueron externos.

 

«Una semana es mucho tiempo en la política».

La frase pertenece al ex Primer Ministro británico, Sir Harold Wilson, y parece apropiado recordarla a raíz de la polémica que han levantado las recientes advertencias del ministro de Hacienda, Felipe Larraín, acerca del peligro que representa para el repunte que está experimentando la economía chilena la posible guerra comercial entre China y los Estados Unidos.

“Si hubiera una guerra comercial, inmediatamente el sesgo del PIB de 3,5% de este año sería a la baja”, dijo Larraín en una entrevista en La Tercera hace 6 días. Y agregó que «creo que podemos crecer al 3,5% este año, si bien tenemos amenazas como la situación externa».

Y no es la única referencia que el ministro ha hecho en la última semana acerca de la amenaza que representan factores externos al crecimiento.

También ha advertido acerca de la incertidumbre que genera la posible guerra comercial entre China y EE.UU. Explica que esto se traducirá en un menor crecimiento de exportaciones y menor crecimiento mundial. «Afecta nuestros términos de intercambio que se han deteriorado en las últimas semanas», señaló.

El problema es que no son pocos los economistas que recuerdan que Larraín fue uno de los más duros críticos con las políticas económicas del Gobierno anterior, rechazando los argumentos del entonces ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, de que los principales factores detrás de la profunda desaceleración que experimentó la economía en los últimos años fueron externos.

En un seminario organizado por la Sofofa a mediados del año pasado, Valdés hizo una presentación en que intentó explicar que el comercio mundial estuvo particularmente débil con Michelle Bachelet y que, en general, las exportaciones entre 2008 y 2016 estuvieron prácticamente estancadas.

Valdés indicó que Chile está “pasando por un período largo donde nuestra capacidad exportadora ha sufrido enormemente”. Y apuntó a que, entre 2014 y 2016, la desaceleración del PIB no minero de Perú fue muy similar al de Chile y que el PIB Mundial estuvo por encima del de los principales socios comerciales de nuestro país.

Sus argumentos fueron duramente criticados por economistas de derecha. El ex presidente del Banco Central, Rodrigo Vergara, quien fue hasta último minuto candidato a ser el titular de Hacienda del segundo gobierno de Sebastián Piñera, las calificó de “muy poco afortunadas”, ya que no reconocen el rol de las reformas en la desaceleración.

El último round entre Larraín y Valdés ocurrió en el seminario de Compas Group de hace dos semanas. Ahí Larraín fue particularmente duro con el ex ministro y le encaró que la salud financiera de Chile poco tenía que explicarse por los factores externos. El actual ministro señaló ese día, ante un auditorio lleno, que dos tercios de la baja en el avance de la economía local se explicaban por razones internas y solo un tercio por la ralentización mundial.

El secretario de Estado añadió que era necesario detallar qué explicaba ese deterioro. Rodrigo Valdés lo observaba de la tribuna. «De nuevo la tentación es echarle la culpa a la economía mundial y decir que el problema es el precio del cobre», dijo entonces Larraín, agregando que «gran parte del problema de deterioro de efectivo tiene que ver con el gasto público, particularmente en el período 2014, 2015 y reconozco los efectos no porque este aquí Rodrigo (Valdés), usted le puso empeño, no fue suficiente, pero le puso empeño», expresó en un minuto de espontaneidad que sacó pocas risas.

Valdés se limitó entonces a decir que el ministro Larraín habló del pasado y que “si bien piensa que dos tercios de la desaceleración del Gobierno de la Presidenta Bachelet tiene que ver con factores externos y yo creo que dos tercios son estímulos» y que, si entonces la macroeconomía no importaba a la hora de hacer análisis, «entonces ante cualquier cosa no se escucharán esos datos».

La presentación de ese día en el seminario de Compass no estuvo luego disponible para consultas de los medios y Hacienda no respondió ante la planteado de este medio.

El discurso comenzó a cambiar una semana después, en otro encuentro con el mercado. Esta vez en el seminario de BTG Pactual de la semana pasada. El ministro Larraín se tomó el tiempo para abordar los efectos de una guerra comercial entre Trump y China. “El precio del cobre ya ha caído por las perspectivas de una guerra comercial. Esto es lo que va ocurriendo, son los efectos que empieza a tener en nuestro país», sostuvo Larraín.

En la cita entonces mostró bastante moderación al señalar que, dependiendo del escenario, la guerra comercial sí podía afectar la marcha de la economía local y que todo dependerá de la racionalidad de la disputa. Habló incluso de estudios que ha estado mirando en torno a que el crecimiento mundial podría verse afectado entre 0,1% y 0,3%, dependiendo de las restricciones.

Larraín, asimismo, recientemente ha dicho que «no ha desconocido nunca que hay factores externos que influyen, eso es indudable, pero el grueso de los factores han sido internos».

Una fuente que fue parte del equipo económico de Bachelet opina que a las críticas de Larraín les ha faltado rigurosidad y en algunos casos él «ha sido creativo con los hechos».

Un ex consejero del Banco Mundial con cercanía a la derecha comenta que ahora el ministro se está dando cuenta de que es tiempo de abandonar la retórica de la campaña y enfocarse en gestionar la economía. «Es obvio que los factores externos pesaron en la desaceleración de Bachelet. ¿Cuanto? El tiempo dirá, pero más de lo que dice Larraín. Y es igual de cierto que, si se desata una guerra comercial entre China y Trump, la economía chilena lo va a sentir», puntualiza.

El economista jefe de uno de los bancos locales dice que el debate es «ridículo». «Cualquier análisis serio arrojará como resultado que, para una economía abierta como la nuestra, lo que pasa afuera es relevante. Y los argumentos de Larraín en su momento no pasarían el filtro en un debate académico, como tampoco lo pasaría el primer equipo económico de Bachelet que insistía en que las reformas no tendrían ningún impacto en el crecimiento», señala.

Piñera monitorea situación

La amenaza para la economía chilena que representa la posible guerra comercial entre China y Estados Unidos es real. China es el principal destino de las exportaciones chilenas y Estados Unidos es el tercero.

El Presidente Piñera tiene clara la amenaza y está siguiendo con atención el tema.

En el entorno del Mandatario dicen que esta podría ser una de las peores crisis para la economía chilena en años, por lejos.

Afirman que Piñera ve la actual situación como una copia del escenario que culminó en la crisis de 1929 y que le preocupa mucho.

Dicen que La Moneda le pidió a Hacienda que tenga preparadas opciones sobre cómo enfrentarla. Una de ellas sería ver la posibilidad de diversificar mercados, porque Chile claramente estaría entre los más expuestos.

*Fuente: El Mostrador

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