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Montaje Judicial contra Santrich es represalia política, parte de la Crónica de un Exterminio Anunciado

Montaje Judicial contra Santrich es represalia política, parte de la Crónica de un Exterminio Anunciado
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Montaje Judicial contra Santrich es represalia política; parte de la Crónica de un Exterminio Anunciado

Sigue el Exterminio contra el pueblo colombiano: todo aquel o aquella que eleve una reivindicación contra el saqueo capitalista de Colombia, es susceptible de padecer Exterminio. A miles de luchadores sociales asesinados a manos de las herramientas represivas del régimen, se suma ahora el Exterminio contra los exguerrilleros.

Empiezan por asesinar y detener primero a los más honestos; esta es la previsible Crónica de un Baño de Sangre Anunciado en Colombia. A la captura de Jesús Santrich, mediante un montaje, por parte del régimen colombiano, por orden de EEUU, se suma el asesinato de más de 55 ex-guerrilleros desarmados(1), asesinados en su extensa mayoría por la herramienta paramilitar del gran capital, articulada al mismo Estado (articulación que la historia de Colombia ha dejado más que patente; siendo la herramienta paramilitar preconizada por la misión del general estadounidense Yarbourough, y figurando la estrategia paramilitar en manuales militares).

Al Exterminio contra los exguerrilleros, se suman también los 15 familiares de guerrilleras y guerrilleros asesinados, una de ellas violada y asesinada, la madre de un ex guerrillero(2), en lo que claramente es la continuidad del Terrorismo de Estado en Colombia.

Por si lo anterior no bastara, las y los ex-guerrilleros de base de las FARC, están pasando hambre y penurias en las Zonas veredales, debido al total incumplimiento del Estado. Y las y los presos políticos y de guerra no han sido liberados. De los pocos liberados, varios fueron inmediatamente asesinados por la herramienta paramilitar del Terrorismo de Estado.
Ya la palabra “paz” la tiene más que manoseada, violada y vulnerada el régimen colombiano. Y resulta incluso algo sorprendente que varios de los mismos ex-guerrilleros no denuncien mucho más claramente la continuidad de la barbarie capitalista y el Terrorismo de Estado, y que muchos sigan, todavía, con relativos eufemismos. No es el caso de Santrich.
Resulta indignante que algunos le llamen, difúsamente, “grupos ilegales” a los paramilitares, cuando evidentemente la cuestión más relevante no es si esos grupos son ilegales o legales, sino su funcionalidad: que son herramienta de Exterminio. Los paramilitares son el brazo de guerra sucia de todo un aparato represivo (que también tiene brazos legales), y su carácter ilegal forma parte de la careta que pretende presentarlos como “grupos autónomos”, cosa que jamás han sido. Su naturaleza ilegal responde al maquillaje: la herramienta paramilitar se encarga de perpetrar tortura y terror, ahí donde se supone que el ejército oficial no lo haría (se supone, porque el mismo ejército oficial y legal de Colombia está más que comprometido con actos de Terrorismo de Estado), de esta manera el ejército puede presentar un relativo “guante blanco» ante organismos internacionales. Maquillaje que no tapa ni las fosas comunes, ni los “falsos positivos”; pero los organismos internacionales saben también hacer la vista gorda, y cuando no, hacer tímidas recomendaciones, que a la luz del genocidio, resultan más que tenues.
Cabe recordar que “grupos ilegales” fueron también las FARC en su momento; y causa estupor que hoy algunos de sus miembros repliquen una terminología que no precisa nítidamente los autores del Exterminio. La estrategia de “meter todo en un mismo saco” (tanto a grupos insurgentes de izquierda, como a grupos paramilitares funcionales al gran capital y a la burguesía colombiana, cuyo objetivo es el exterminio), ha sido una estrategia empleada, históricamente, por la falsimedia. La herramienta paramilitar viene siendo implementada y utilizada, desde hace décadas, por la clase explotadora colombiana y por el gran capital transnacional: y su accionar en connivencia con el ejército legal y oficial, está más que evidenciado por los testimonios de los sobrevivientes de masacres, por los mismos documentos de EEUU y los manuales militares del ejército. La herramienta paramilitar forma parte de la guerra contra el pueblo que perpetra la clase explotadora: guerra que, por supuesto, no ha cesado, puesto que para viabilizar el saqueo capitalista de Colombia, la clase explotadora se afana en callar y erradicar toda reivindicación social y política.
En 2015 en la Habana, Santrich ya advertía sobre los Montajes Judiciales y los asesinatos de los que podían ser víctimas los miembros de su organización, por parte del régimen. Pero pudieron más las presiones ejercidas desde los tanques de pensamiento de la USAID y sus “expertólogos», las presiones de la socialdemocracia mundial y de una parte de la “izquierda” mundial, que la lucidez de personas como Santrich. Y hoy un hombre ciego, permanentemente rodeado y vigilado, enfrenta un grotesco montaje judicial, y podría terminar en una cárcel estadounidense. Santrich, por su honestidad e inteligencia, es una piedra en el zapato para el régimen colombiano. Este montaje judicial lo perpetra el régimen contra el dirigente del partido FARC que ha tenido las posiciones más solidarias, contra el que estuvo con los presos políticos, exigiendo alto y claro su liberación, lo perpetra contra la voz más lúcida. Nada es fortuito, y el montaje judicial es una clara represalia política.
Santrich, desde la cárcel, a través de su abogado, hizo un llamado a los guerrilleros desarmados “que se encuentran en las Zonas veredales, para que se cuiden, porque la persecución contra las FARC, apenas comienza»(3).
Y en una nota (4), que su abogado compartió horas más tarde, Santrich expresa los motivos de su huelga de hambre:
“(…) La huelga continua de manera indefinida con los siguientes objetivos:
1. La libertad de todos y todas las prisioneras políticas.
2. El cumplimiento de todo lo acordado en la Habana.
3. Se cumplan las reivindicaciones de las víctimas, contenidas en el acuerdo de la Habana.
4. Que cese el chantaje de la extradición contra las FARC.
5. Para mi no quiero nada, porque como ya lo señalé en anteriores oportunidades: estamos atravesando el pantano de la perfidia. (…)
A los ETCR tengan la seguridad de que el Gobierno no cumplirá más nada, solo queda la organización y la lucha para que no haya un prisionero más, ni un muerto más de las FARC-EP y del Movimiento Social y Popular. 
(…) Esta huelga de hambre es una batalla por la dignidad.”
Prosigue la triste, pero previsible Crónica de un Exterminio en Colombia. Y las y los más coherentes guerrilleras y guerrilleros desarmados serán asesinados y encarcelados en primer lugar: la burguesía no va a dejar de ejecutar su permanente guerra contra la clase explotada, porque así garantiza su perpetuación y su saqueo capitalista. La burguesía es criminal, pero no es tonta. Y en planes de Exterminio contra toda reivindicación social y política, la burguesía colombiana, aliada y apuntalada por EEUU y el gran capital transnacional, es experta.
Notas:
(1) Al momento de escribir esto, NC noticias dió a conocer el hallazgo de otro cuerpo sin vida, con signos de tortura, de otro exguerrillero, desaparecido hace unos días.
 El desaparecido y asesinado a manos de las herramientas de Exterminio, financiadas por el gran capital, se llamaba Mario Alexander Melo. Su cuerpo torturado fue hallado el martes 10 de abril 2018.
La triste cifra de 55 ex-guerrilleros asesinados desarmados podría ser inferior a la realidad, pero es la cifra que tenemos, a 11 de abril 2018, según la última denuncia del partido FARC, aumentada de los últimos asesinatos. Lamentablemente no se denuncia lo suficientemente está cruenta realidad, que pone de manifiesto la existencia de un proyecto de Exterminio.
(2) Violación sexual y asesinato de la madre de un preso político, por parte de la herramienta paramilitar, con cercana presencia del ejército: “la información suministrada por  habitantes de la vereda, da cuenta que cerca al lugar se encontraba una patrulla del Ejército Nacional. (…)fue asesinada la señora Rosa Elena Bravo, madre del excombatiente y prisionero político Jhony Bravo. Los hechos ocurrieron en Jamundí, Cauca. Desde la firma de los Acuerdos de Paz, 14 familiares de ex combatientes han sido asesinados.”
(3) Vídeo de abogado de Jesús Santrich:

(4). Primera nota de Jesús Santrich desde el encierro, la comparte su abogado y la  Fundación Lazos de Dignidad, el 10 abril 2018:
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