Mohamed VI marca a Guterres condiciones para solución al problema del Sáhara
por Javier Otazu (España)
6 años atrás 3 min lectura
Como cada año por estas fechas, el monarca afirmó con rotundidad la postura de su país sobre su primera causa nacional: «El Sáhara seguirá siendo marroquí hasta el final de los tiempos, y poco importan los sacrificios que se necesite hacer para que sea siempre así».
Pero en este discurso, el primero en la era de Antonio Guterres como Secretario General, el monarca quiso dejar claro que Marruecos se compromete «con la dinámica actual querida por Guterres», antes de añadir: «Así será en tanto en cuanto se respeten los principios y fundamentos de la posición marroquí», que cifró en cuatro ejes.
El primero es el más tajante: «No es posible ningún arreglo al asunto del Sáhara fuera de la soberanía plena y entera de Marruecos sobre su Sáhara, ni fuera de la iniciativa de autonomía», descartando así de plano la opción del referéndum de autodeterminación a la que se aferra el Frente Polisario.
Otra de las condiciones reside en que el Consejo de Seguridad «es la única instancia internacional encargada de supervisar el proceso de solución», lo que equivale a descartar a otros órganos de la ONU, y aun con más razón a la Unión Africana o a otros foros.
En las votaciones del Consejo de Seguridad, Marruecos siempre cuenta con el apoyo inquebrantable de Francia, lo que le ha permitido en el pasado suavizar el tono de algunas resoluciones o directamente borrar críticas contenidas en algunos informes a la política marroquí.
Otra condición impuesta por el rey es «el rechazo categórico (…) a toda propuesta obsoleta para desviar al Plan de Arreglo de los parámetros de referencia fijados o incluir abusivamente otros temas, que deben ser tratados por las instancias competentes».
Con ello, Mohamed VI se refiere a los intentos del Polisario, que han encontrado eco en varios países, de incluir una tarea de vigilancia de los derechos humanos en las funciones de la misión de la ONU en el Sáhara (Minurso), algo a lo que Rabat se ha negado ferozmente.
Según el discurso marroquí de los últimos años, la Minurso debe limitar su mandato a observar el alto el fuego, avanzar en el desminado del terreno y propiciar visitas entre familiares de uno y otro lado del muro de seguridad, sin ninguna responsabilidad política.
El mensaje de Mohamed VI a Antonio Guterres, muy explícito, se produce cuando el nuevo Enviado Personal de Guterres para el Sáhara, Horst Köhler, aún no ha entregado al Consejo de Seguridad el informe de su visita a la región emprendida durante gran parte de octubre, un informe que tiene previsto entregar el 22 de noviembre.
Durante esa primera gira tras su nombramiento en agosto, Köhler no visitó el Sáhara Occidental controlado por Marruecos (que incluye la mayor parte del territorio), y limitó su gira a Rabat, Argel, Tinduf (sede del Frente Polisario en territorio argelino) y Madrid, sin que se haya filtrado nada de sus conclusiones.
En su discurso de hoy, Mohamed VI no menciona a Köhler por su nombre pero sí afirma que Marruecos está dispuesto a «cooperar con el Enviado Personal», pero siempre según las condiciones de Rabat.
Marruecos tuvo una relación muy tirante con el anterior Enviado Personal, el estadounidense Christopher Ross, al que acusaba de parcial y favorable al Polisario: en un primer momento le retiró su confianza, pero como Ban Ki-moon lo mantuvo en su puesto, entonces Marruecos lo humilló prohibiéndole poner los pies en El Aaiún ni en ningún territorio controlado por Marruecos.
Sobre el papel, Marruecos cree que Guterres será más próximo a sus tesis que Ban Ki-moon, pero en cualquier caso, y para que las cosas queden claras, hoy el monarca prefirió ponerle en claro sus condiciones. EFE
*Fuente: La Vanguardia
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