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Carta de los indios a los Caciques del $hilean way. Narcisismo, malinchismo y cipayismo

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6 de octubre del 2017
Reza el refrán popular “mucho cacique y poco indio“, para referirse al desenfreno de muchos por querer mandar mas que obedecer. El caciquismo del $hileanway, alienta la consagración de la connivencia en política, estimulando las “cocinas“, en vez de las asambleas, parlamentos y cabildos. El caciquismo del modelito modelado neoliberal, es eminentemente autoreferente y arbitrario, y al poco andar no solo se olvida de los indios, sino de que ellos mismos, están donde están, para representar y no “representarse”.

La pertinaz manía de mirarse el ombligo (TOC) del caciquismo, se entiende porque se ve, el acceso al poder, como un logro personal, como atributo exclusivo de algunos pocos, ante defectos de otros muchos . El cacique político del $hilean way en su degradación, entiende su labor como un favor a la indiada, a la chusma inconsciente. El cacique neoliberal es un salvador, mezcla de bombero y profeta evangélico, que esencialmente trabaja administrando lucrativamente los miedos de la indiada.

La política para el cacique chilensis es pura fachada, es encubrimiento para disposiciones dogmáticas neoliberales asentadas a sangre y fuego. O es más látigo y cadenas envueltos en papel de regalo, o es cobarde y mezquino anhelo investido de progresismo. Los caciques son esteticistas, trabajan con la cosmética y el maquillaje sobre la desgracia, “perfumando la mierda” a como de lugar. A ultima hora, el caciquismo siempre se deberá así mismo. (ver: Javiera Blanco y el informe Sename 2).

El cacique neoliberal no solo es cobarde y sinvergüenza, sino que un mentiroso, maestro del disfraz y el embuste. El cacique neoliberal es la encarnación del “maricón sonriente” en su versión unisex. Maricón no solo es el que le pega a una mujer, maricón es el que deja morir a 1.113 niños en el SENAME. Maricon /a el que deja morir a 25.000 personas esperando atención medica. Maricon / a  es el felatista del poder que se arrodilla ante el poderoso y esquilma sin compasión alguna a su  propia  gente.

Para que exista el caciquismo, previamente debe haber una estructura política-social que lo sustente, que conlleve por cierto,  estímulos para incentivarlo: Dietas parlamentarias, aportes reservados de empresas, reelecciones eternas, beneficios económicos de todo tipo, en fin, una constitución de acuerdo a la envergadura del fraude y de la trampa. El caciquismo deviene en malinchismo, cuando aparte de desconocer a los suyos, pacta con los que los explotan. El cipayismo es traición, es esbirro a sueldo del negrero. Esencialmente el malinchismo y el cipayismo son las dos caras de una misma moneda, el femenino y el masculino, de la infamia en Chile.

Mas que escuchar y obedecer el mandato del indio, el cacique cipayo y malinchista, trae la receta entregada por el oligarca. El cacique del $hilean way innova elección a elección con los artilugios, con nuevas cuentas de cristal y nuevos brillos con que encantar a la indiada devaluada y pauperizada, a la indiada ya no solo denigrada por el alcohol y las drogas, sino que por  el mall y la tele. La tele y el caciquismo trabajan para el mismo infame patrón: el globalizado, el que se lleva las riqueza para el norte y nos devuelve –cobrándonos-, su basura.

¿Habrase visto que el Cacique vaya donde el empresario esquilmador a pedirle dinero para liderar a la indiada? ¿Habrase visto que el Cacique vaya a los bancos a pedir plata para liderar a la indiada? ¿Habrase visto que un gobierno apruebe una norma que abra un nicho de negocio para los bancos en la política? ¿Habrase visto bancos que presten plata a diestra y siniestra como oficina de beneficencia sin cobrar ni uno? ¿Habrase visto indiada mas embrutecida, que no repara en como una vez más, el poder del dinero administra sus destinos?

Se olvida el Cacique de turno, el que por redes organiza cenas, tocatas, bingos, tecitos, y pide – a diestra y siniestra-,  apoyo diverso, que “él”,  primero que nada, se debe a la indiada y no la indiada a “él”. La soberbia en la política del $hileanway  es de temer, y en esta variable, derecha e izquierda, se “gastan parejitos”. Pastorear y ordeñar a la indiada, es muy típico del caciquismo nacional en tiempos de la constitución Lagos-Pinochet. El “Jurel tipo Salmon” es un modo de vender lo que no se es, pero se aparenta con gracia. La cocinería política no es lo mismo que el cabildeo popular, sobretodo en tiempos de elección.

La soberanía y el mandato de la indiada no es “moco de pavo”, algo impreciso, que todos en tiempos de elecciones hacen suyo, apelando a un “magno proyecto político” que nadie lee, y peor, nadie después cumple. Vanguardizar, ser el chic@ rebelde del espectáculo político, sin tener base de apoyo, es una maniobra especulativa, peligrosa para el Cacique de turno, tanto más, para la indiada ilusa.

El veneno de la lengua del Cacique es la promesa, cuando lo que debiera, es firmar un compromiso: nacional, comunal y sobretodo: “personal”. El cacique explícitamente y en estrecha relación con los movimientos sociales debe comprometerse con las demandas comunales y nacionales, pero a su vez, personalmente, y ante sus electores, documentar su compromiso.

El “Cacique progre” ha de señalar como va a jugar en las reglas tramposas del $hileanway. En que y como se compromete a evitar la genuflexión y el felatismo endémico del caciquismo nacional. Aunque no exista en las reglas del juego, el que se quiera Cacique en esta pasada, ha de comprometerse con la “revocación”, ha de poner el mandato a disposición, si es que al mediano andar olvido a la indiada y sus demandas. Ha de comprender el cacique, que lo de él no es representación, sino “mandato”, y que como tal, en el desempeño de su cargo, se obliga a cumplir.

Ha de saber el Cacique profesional, aquel que viste, anda y habla como Cacique, pero que representa los intereses del oligarca, que tiene sus días contados. Que sus discursos desde el olimpo empresarial, profesional, académico o partidista, cual receta, medicamento u ortopedia para oligofrénicos (fenilpirúvicos), ya no tienen sentido. Que mas temprano que tarde abriremos – no solo las alamedas- el congreso, para que entre una constitución libre y nueva, que verdaderamente nos represente. Nuestros futuros werkenes, y no caciques, saldrán de nuestras asambleas, de nuestras discusiones y resoluciones, y no de caprichosas y vanidosas decisiones personales tomadas ante el espejo.

¿Nos pide colaborar por ni uno el cacique de turno, y mas encima, se niega a poner su cargo a disposición de la indiada? ¿Nos dirá el caciquismo hipócrita, que su anhelo por llegar al parlamento, es tan solo por ayudar a solucionar los problemas de la indiada?¿Cree el cacique profesional del $hileanway, que somos tan imbéciles para creer, que no le interesa la “dieta parlamentaria” a recibir por salir electo?

Definitivamente no queremos mas Caciques, queremos Werkenes, emisarios, comisionados, voceros de nuestras comunidades, que precisamente sean eso, “portavoces” de nuestros requerimientos. Werkenes que se comprometan con nuestras demandas so pena de revocación y juicio por desacato. Werkenes que se puedan ir a la cárcel por “cara de raja”, por desobedecer el mandato de la indiada. Urge propiciar una “ley de revocación” para cargos políticos. Sin embargo, ahora mismo y ante notario, el cacique de turno, por iniciativa propia o de su lof, debiera firmar un compromiso con su indiada.

¿Por qué no lo hacen ya, caciques comunales, regionales, nacionales?

Los indios no solo ya hablaron, sino que también se movilizaron, desde años, décadas. Desde las protestas en dictadura a las multitudinarias movilizaciones por No + AFP, mediando las marchas pingüinas, universitarias, en defensa de nuestras riquezas naturales,  por el Sename, por el pueblo Mapuche, contra las Isapres etc. La indiada se expreso y lo hizo de forma clara y rotunda. Ahí están las demandas, los diagnósticos y propuestas. Ahí están los documentos para un programa de gobierno.

Las demandas de la indiada ya se conocen. No se quiera “rizar el rizo”. No hay que pretender descubrir la rueda en este asunto, ni menos hacerse el “vivaracho”. Solo basta ordenar y planificar los objetivos. Lo secundario debe ser constitutivo del objetivo final y en ningún caso puede pretender sustituir su condición tributaria. Ahí están los documentos con sus demandas. Ahí están las asociaciones, confederaciones, gremios, asambleas territoriales que levantaron la información.

El “programa político” del Chile anti-neoliberal es claro y se resumen en cinco puntos: 1.Derechos de los pueblos originarios, 2. Derechos de los viejos, 3. Derechos de los niños, 4. Derechos sobre nuestras riquezas naturales, 5. Derechos sociales sobre bienes y servicios de nuestro país, con respeto al medioambiente (Nueva constitución).

Urge recuperar nuestra dignidad. Urge detener la esquilma del invasor, el abuso institucional del negrero y su modelito modelado neoliberal, su $hileanway abusivo y explotador. Urge interpelar el contubernio y amancebamiento entre poder económico y poder político. Urge impugnar el “caciquismo modelito 2017, perfumado de cocina”, y exigir al “candidato”, su compromiso notarial, con la “revocación del cargo”, si fuese el caso.

Por los indios y los werkenes, no al caciquismo. «Amulepe taiñ weichan».

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