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El pueblo como creador de cultura: más allá del mercado y del Estado

El pueblo como creador de cultura: más allá del mercado y del Estado
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Teresa Parodi, Ex-Ministra de Cultura de la República Argentina

Entrevista a Teresa Parodi (T.P) Compositora, ex Ministra de Cultura Argentina

Las cuerdas tocan el alma y la carne
con los sonidos que vibran
recordando secretos pitagóricos
descubiertos en sus armonías.

Cantora que sabes de nuestra América
ritmos expuestos en danzas de cuerpos expresivos
escapando a la condena
de trabajos agobiantes.

Quien te reconoce de la vida supo
esperando la jugada que le corresponde
en el juego que divierte la existencia
más allá de las sombras que no lo abroman todo.

Alex Ibarra: Teresa, muchas gracias por esta hermosa entrevista. Al escuchar tus canciones aparecen las vivencias propias de la vida de la provincia, diría una muestra de la Argentina profunda. ¿Consideras que en tu producción musical hay una intención de desarrollar un pensamiento situado?

Teresa Parodi: Me preguntas si al escribir mis canciones intento hacerlo de un lugar determinado, te respondo que sí. Mis canciones tratan de reflejar esa Argentina profunda de la que soy parte, porque elegí ser parte, creo que Argentina nació con dos ADN muy marcados y muy distintos. El ADN que yo siento que es el mío, es el que me llevó viajar a la Argentina profunda, a la patria entrañable, a la que está más lejos que lejos, a buscarme a mí misma en los demás y mi canción renació y se refundó a partir de ese encuentro con la Argentina más honda, más al margen, más ignorada, más olvidada, más ninguneada. En aquellos años en que tenía nada más de 19 años, era una edad temprana, pero una edad temprana con un gran compromiso militante ya, que había asumido con mucha emoción. Creía que me iba a hacer útil a un lugar y que mi profesión de maestra, dejé la facultad para ir a ejercer mi profesión de maestra precisamente porque quería ser útil a mi patria, a mi pueblo, ahí donde hacían falta maestros, fue en el 67 o 68, años duros para la América, y la verdad es que de ahí cambió mi canción y se fue forjando una manera más rotunda a partir de mi vivencia compartida con el pueblo, creía que me iba a enseñar y fui a aprender, aprendí inclusive a mirar mi patria desde ahí, fue una experiencia trascendental para mí, definitiva fue un antes y un después en mi canción desde entonces.

A.I: Hace unos días atrás compartíamos un encuentro en el “Coloquio Filosofía y Música: desde la reflexión al sonido que palpita” organizado por la Fundación Jorge Millas, la Escuela de Filosofía de la UCSH y la UNGS, aquí surgió el tema del artista y la militancia. ¿Te construyes a partir de esos postulados de que el artista no sólo se agota en la producción estética sino que también asume una función política?

T.P: En el encuentro que tuvimos contigo y con Charo Bogarín en la facultad el otro día, pude compartir vivencias con esta otra artista referente de la misma región cultural que la mía, pero Charo varias generaciones más joven y con una experiencia de vida y acercamiento a la música distinto. Pudimos compartir y ver, sin embargo juntas, ver al unísono te diría, jajaja, si esto fuera posible un rol del artista en la transmisión de una manera de ser y ver el mundo directamente ligada a una región cultural, ver desde esa región y asumir el compromiso de ser transmisor de esto para dar conocimientos a otros de cómo se piensa, de la cosmovisión de los pueblos originarios que habitaron el noreste, que siguen habitándolo y luego de eso la mezcla de estos habitantes originarios con las distintas corrientes que llegaron de europa, se instalaron allí como mezcla llegando a fusionarse naturalmente y a generar toda una respuesta cultural latinoamericana interesantísima, fuertísima, poderosa, con una gran y definitiva identidad. Creo que asumirse eso, asumirse comunicador, asumir que uno emerge de una comunidad cultural y a partir de ahí levanta la voz para decir quiénes somos en ese lugar o desde ese lugar, hacia dónde queremos ir, cuáles son las metas que nos proponemos para pensarnos a nosotros mismos como país, como un país entroncado a una América con una historia compartida de lucha y de amor, asumirnos eso también nos obliga y nos da un compromiso, redobla el compromiso con el arte y redobla el compromiso con la comunidad, y nos redobla el compromiso con lo que heredamos y que queremos seguir proyectando hacia el futuro. Creo que esa es una función política, claramente política, considero que todo es político absolutamente aún aquellos que dicen que son apolíticos tienen esa política, entonces nosotros somos al mismo tiempo referentes de un pensamiento político que propone la defensa irrestricta de una identidad y de una soberanía cultural y de una filosofía de la vida que me parece se percibe, o resume, o sintetiza en la música de esa comunidad.

A.I: Desde lo político te ha tocado asumir funciones institucionales, fuiste Ministra de un Gobierno que asumió un proyecto político con vocación por el pueblo. ¿Cuáles fueron los logros que más destacas de esa gestión cultural? ¿Cuál es tu análisis de la situación actual en torno a las políticas culturales?

T.P: En el papel estrictamente político he tenido el honor de que la presidenta mandato cumplido, Cristina Fernández de Kirchner me llamara ya sobre el final de su mandato para crear por primera vez en Argentina un Ministerio pensado sólo para la cultura. Ese fue un momento para mí un momento muy importante, de mucho impacto en mi vida personal y en mi vida de militante porque justamente era una necesidad en este pueblo y también de todos los protagonistas del quehacer cultural en la Argentina era una gran necesidad tener un Ministerio pensado sólo para cultura, que me haya tocado a mí tener que organizar ese Ministerio, armarle una estructura para luego obtener el presupuesto necesario para profundizar las políticas que ya se venían realizando en el marco de este proyecto político nacional y popular que encabezó en la última parte Cristina, pero que desde el momento que asumió Néstor Kirchner quedó muy claro en qué lugar clave estaba ubicada la cultura en esa mirada política, era la columna vertebral porque la batalla más profunda sabemos es la cultural y estábamos dando activamente ese debate, visibilizando con políticas de Estado todos los circuitos que naturalmente el pueblo crea para hablar de sí mismo, lo mire o no lo mire el mercado, lo mire o no lo mire el Estado. El pueblo va generando su cultura, va diciendo quién es a través de todas sus formas expresivas y entonces si no están al alcance de sus manos las herramientas que va a proponer el Estado o que le puede proponer el mercado. El pueblo crea sus propias herramientas, arma sus propios circuitos y sigue generando su quehacer cultural, de esto doy fe porque soy parte de ese pueblo y fui parte de los artistas que trataron de sostener un modo de ver el mundo, un modo de pensar la patria chica y la patria grande, por un canto heredado, por una música heredada, por una filosofía heredada, por una historia heredada, asumiendo el compromiso que tiene todo eso para hacer la canción desde ahí, así que conocía profundamente esos circuitos. Entonces en mi labor como Ministra mi trabajo más contundente fue ir a buscar esos circuitos, que el Estado se saliera de las instituciones, se saliera de los edificios y se fuera a buscar esos circuitos para darle toda la potencia posible, para darle todas las herramientas necesarias para que sean visibles, que puedan ser oídos, que sean amplificadas esas voces, que sea visible ese trabajo y que el día de mañana pueda el pueblo mismo elegir a esos artistas emergentes de ese trabajo colectivo no lo que dicta el mercado sino que por una necesidad, su idea propia, que tengan la oportunidad de saber quiénes son, los artistas que están trabajando en todas las áreas, en todos los espacios del arte, para poder erigirlos e identificarse con ellos y no ser manejados casi a control remoto por el mercado. Ese fue uno de los trabajos más hermosos que pude hacer desde el Ministerio una vez que armé la estructura, estuve nada más un año y ocho meses, pero hicimos un trabajo intenso a lo largo y a lo ancho del país con políticas muy claras de inclusión las que ya habían y las que nosotros sumamos y programamos en ese paso por el Ministerio.

La apertura del Centro Cultural Kirchner también con un sentido federal, un sentido de inclusión, como un gran faro desde donde podíamos pensar nuestra patria onda y toda su diversidad cultural, y también la relación de esa patria onda con el resto del continente y con el resto del mundo. Ese faro se abrió justamente durante el ejercicio que yo tuve de ese Ministerio, fue una decisión de la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner como también lo fuera de Néstor Kirchner que desde que recuperó ese edificio, en la forma en que fue recuperado y lo adaptó creando inclusive una sala sinfónica extraordinaria de las mejores del mundo, y una sala más pequeña que también tiene una acústica formidable específicamente para este centro. Este edificio era el Correo Central de la Argentina que se adaptó para que funcione como un Centro Cultural, eso fue maravilloso, esta construcción es una obra de arte dentro de una obra de arte porque el edificio en sí mismo es una obra de arte y toda la forma en que fue concebido, los distintos espacios que se crearon son un orgullo para la Argentina y fue celebrado en la Argentina como en el mundo entero cuando finalmente se lo inauguró, la verdad es que esa fue una tarea extraordinaria que me conmueve hasta ahora, haber tenido la oportunidad histórica de participar de esa inauguración y de las primera cosas que se programaron ahí desde la Sala Sinfónica y desde la Sala de Cámara, las dos especialmente pensadas para la música, pero también está la cúpula, el gran espacio que se pueden hacer todo tipo de conciertos, de obras de teatrales y cualquier actividad cultural que se pueda pensar.

Además de eso las políticas de inclusión que ya existían en la Secretaría antes de que fuera Ministerio y que nosotros, como te dije, profundizamos y multiplicamos en el transcurso de mi gestión.

A.I: La cuestión política en la Argentina se viene dando con modificaciones terribles de daño a la democracia, por ejemplo en cuestiones graves, tales como, la detención ilegal y ahora anormal prisión domiciliaria de Milagro Sala, la desaparición de Santiago Maldonado y ahora los injustificados allanamientos con abuso de fuerza policial en el Chubut La resistencia al capitalismo salvaje es reprimida con mucha violencia en nuestra región continental, ¿nos puedes compartir alguna reflexión frente a este fenómeno neocolonial?

T.P: La Argentina está pasando por un momento crítico, creo que el mundo está pasando por un momento crítico. Estamos pasando en la Argentina golpes terribles a la democracia, tenemos presos políticos como Milagro Sala por ejemplo, tenemos nuevos desaparecidos como Santiago Maldonado, tenemos fuerzas de represión, tenemos un Estado que reprime, tenemos un Estado que ahoga al pueblo, tenemos un Estado que excluye, tenemos un estado que ningunea, que le quita presupuesto a la educación pública, le quita presupuesto a la cultura, a la salud pública, que daña a los más indefensos ignora a los enfermos, que deja afuera a los jubilados, a los niños y a los discapacitados, y que es capaz de mandar a reprimir con saña a los pueblos originarios como está sucediendo ahora en el Chubut. La verdad es que es un tiempo realmente salvaje, pero no creo que sea sólo en la Argentina, creo que el pensamiento del neoliberalismo, la derecha, los pensamientos de derecha han avanzado sobre el mundo y están volviendo a pasos acelerados con una saña feroz por llevarse todo por delante y para no irse nunca más no pueden permitir que vuelvan a aparecer los movimientos nacionales y populares que prosperaron en América en la década anterior y que hicieron grandes y profundísimos cambios en esta región.

Siento que es un tiempo muy difícil, pero también creo que los pueblos inteligentemente en esos tiempos difíciles se aferran a su cultura, por eso no desaparecieron los pueblos originarios porque se aferraron a su cultura, nosotros estamos haciendo lo mismo sabemos siempre que ese es el primer mecanismo de auto defensa que ponemos en práctica y estamos resistiendo culturalmente de forma extraordinaria en la Argentina. Es una batalla que va a ser larga y difícil pero que estamos dispuestos a darla.

A.I: El pueblo argentino frente a este retroceso en sus condiciones de vida económica-políticas necesitará de mucho ánimo desde sus líderes queridos, entre ellos sus artistas populares. Por esto agradezco tanto que el otro día nos hayas acompañado en el panel junto a Charo Bogarín y Jacquie Berger. Fuera del diálogo que tuvimos frente al público nos comentabas de tu nuevo disco. ¿Puedes hablarnos de este nuevo trabajo discográfico que sumas a tu carrera?

T.P: Eso es precisamente lo que yo hice en este tiempo que volví a la música de lleno. Grabé un disco en el que la mayoría de los temas son poemas musicalizados de los grandes poetas de Argentina y de América. Me aferré a esas voces, musicalicé de los nueve poemas que integran el disco, en realidad son once temas, de los cuales nueve son poemas musicalizados, de los nueve siete tienen música mía y dos tienen de admirados colegas como son Pedro Aznar y Víctor Heredia. Las otras dos obras que integran el disco son dos canciones, como dije, una con letra y música mía, y otra letra mía y música de Juan Falú, el gran compositor amigo y admirado guitarrista argentino además. En este disco me sostuve, sostuve mi canto, fui a buscar esas voces para sostener mi canto, esos versos alucinados en donde uno se siente vivo como país, vivo como región cultural con una memoria presente y rotunda que nos permite sentir la identidad en lo más hondo. Estoy muy feliz con ese trabajo, lo presenté el sábado pasado en Buenos Aires y fue un ir y vuelta con el público extraordinario, fue un momento de tanta emoción que no se puede borrar del corazón desde ese día y sentí que a todos nos pasaba lo mismo, todos necesitábamos a aferrarnos a esos grandes poetas como son Armando Tejada. Julio Cortázar, Manuel Castilla, Pablo Neruda, Elvio Romero gran poeta paraguayo, María Elena Walsh, Jorge Luis Borges, Francisco María y también a Juan Gelman. Es decir, yo los tomo como libros de cabecera y los compartí cantándolos, eligiendo determinados poemas para cantar y compartir con el público, que queden grabados como una pequeña antología musicalizada, pequeña y mínima antología musicalizada, creo que ese refugio extraordinario que es la cultura es la que nos va a mantener vivos de pie y en lucha para los tiempos difíciles que se vienen.

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Autor: Jorge Araldi
-El autor, Alex Ibarra Peña, es miembro del Colectivo de Pensamiento Crítico palabra encapuchada

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