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La vieja amistad del cardenal Errázuriz con Figari, el “Karadima peruano” acusado de pederastia

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Investigación del Vaticano minimiza abusos de fundador de los sodalicios con fuerte presencia en Chile

17 febrero, 2017

La vieja amistad del cardenal Errázuriz con Figari, el “Karadima peruano” acusado de pederastia
Errázuriz no es un cardenal cualquiera. Cabe señalar que el Papa Francisco lo nombró al inicio de su pontificado como uno de los ocho miembros del consejo de cardenales, encargados de comenzar un histórico proceso de discusión sobre el gobierno de la Iglesia en vistas de su renovación. Este grupo de confianza también tiene la misión de asesorarlo en diversos temas, por lo tanto, se mueve en la cúpula vaticana. No es un secreto que el círculo de amigos de Figari tiene una relación cercana con el Papa. Y es esta coincidencia la que genera dudas entre las víctimas y denunciantes sobre la independencia de la investigación pontificia.

Una casa en Eduardo Castillo Velasco con Pedro de Valdivia, en Ñuñoa, fue el punto de partida de los trabajos apostólicos de la comunidad peruana Sodalicio de Vida Cristiana (también conocida por su nombre en latín Sodalitium Christianae Vítae, SCV) en Chile. Invitados en 1999 por el entonces arzobispo de Santiago, Francisco Javier Errázuriz, los religiosos comenzaron un camino que hoy los tiene como dueños de la Universidad Gabriela Mistral, un colegio en Huechuraba, una comunidad en el exclusivo sector de Los Trapenses y a cargo de una Parroquia en Maipú. Sin embargo, el rostro de estos consagrados se ha ensuciado por las múltiples acusaciones de abusos sexuales, de poder, físicos y psicológicos que pesan sobre su fundador, Luis Fernando Figari, así como varios otros miembros de la institución.

Fue en 2015 cuando el escándalo del Sodalicio estalló en Perú, a raíz de la publicación del libro Mitad monjes, mitad soldados, de los periodistas Pedro Salinas y Paola Ugaz. En él, se relatan 30 testimonios de personas que pertenecieron a la institución y que sufrieron algún tipo de abuso, incluyendo los de índole sexual. Con este trabajo periodístico, no solo se logró visibilizar hechos que se rumoreaban entre quienes tenían familiares o amigos en la institución, sino también que el Sodalicio abriera una comisión investigadora y declarara como persona non grata a su propio fundador.

“Después de los testimonios recibidos, consideramos al ciudadano Luis Fernando Figari, culpable de los abusos que se le imputan y lo declaramos persona non grata para nuestra organización que deplora y condena totalmente su comportamiento”, expresó Alessandro Moroni, superior general del SCV en un comunicado en abril del 2016. Y agregó que “El Sodalitium reitera a las autoridades del Vaticano el pedido que le hiciéramos personalmente al Papa Francisco en audiencia privada realizada en diciembre pasado para que decrete su inmediata separación de nuestra comunidad y finalice su insostenible retiro espiritual en nuestras instalaciones”. La petición no se cumplió.

El aislamiento en que supuestamente se encontraba Figari mientras se realizaba la investigación no era tal, pues en varias ocasiones recibió visitas e incluso de influyentes autoridades vaticanas.

El “viejo amigo” del cardenal Errázuriz

El día 24 de octubre del 2016, el diario El Comercio de Perú publicó un artículo que indicaba que dos arzobispos eméritos y un ex ministro se habían reunido con Figari en Roma. Uno de esos personajes era el cardenal chileno Francisco Javier Errázuriz, quien al ser consultado explicó que eran viejos amigos, y respondió aludiendo al dicho popular que dice que del árbol caído todos hacen leña y que “es más cristiano ayudar al árbol a que se levante”.

Errázuriz y Figari habrían comenzado una relación más fluida a inicio de los 90, cuando el cardenal trabajaba como arzobispo secretario de la Congregación de Institutos de Vida Consagrada y Sociedad de Vida Apostólica, de la que depende el Sodalicio. Durante ese tiempo, Errázuriz habría contribuido a que la institución lograra su Aprobación Pontificia, que viene siendo una especie de figura legal dentro de la Iglesia. Años después, invitaría a los sodalicios a fundar su presencia en Chile.

Errázuriz no es un cardenal cualquiera. Cabe señalar que el Papa Francisco lo nombró al inicio de su pontificado como uno de los ocho miembros del consejo de cardenales, encargados de comenzar un histórico proceso de discusión sobre el gobierno de la Iglesia en vistas de su renovación. Este grupo de confianza también tiene la misión de asesorarlo en diversos temas, por lo tanto, se mueve en la cúpula vaticana.

No es un secreto que el círculo de amigos de Figari tiene una relación cercana con el Papa Francisco. Y es esta coincidencia la que genera dudas entre las víctimas y denunciantes sobre la independencia de la investigación pontificia, que hizo pública su resolución el día viernes 10 de febrero, a través de un Pronunciamiento de cuatro hojas. En el texto se resumen las conclusiones del trabajo de monseñor Pablo Urcey, enviado por el Vaticano, con la misión de “verificar la autenticidad real de todas las acusaciones formuladas tanto recientes como en el pasado” sobre Luis Fernando Figari.

“Definitivamente pueden haber abogado por él”, comenta Rocío Figueroa, quien fue una de las primeras denunciantes de los casos de abuso al interior del Sodalicio. Figueroa perteneció a la Fraternidad Mariana de la Reconciliación, una de las ramas femeninas del SCV y además trabajó por años en la Santa Sede.El Pronunciamiento señala que no hay “suficiente certeza moral” para indicar que Figari cometiera abuso a menores. Por lo tanto, no se dictamina castigo alguno contra él, más bien se le impide al Sodalicio expulsarlo de sus filas y se le exige darle una “vida decorosa”. Este resultado es totalmente contradictorio con el “Informe sobre abusos y respuestas en el Sodalicio de Vida Cristiana”, publicado por la institución el día martes 13 de febrero, en donde se indica que el fundador sí cometió abusos sexuales y se detallan las circunstancias en que estos se habrían efectuado.

“Hay muchos que fueron a visitarlo (a Figari), como Errázuriz, el cardenal Stafford y Andrea Riccardi (fundador de la comunidad San Edigio y muy cercano al Papa), que tienen muchísima influencia. No sé quién pudo haber influenciado, pero de hecho ha habido influencias, movimientos. Eso queda claro”, afirma la denunciante.

La opinión de Rocío Figueroa y varios otros denunciantes se sustenta en que el documento del Vaticano indica que solo hay un caso de abuso a menores por parte de Figari y que los demás hechos de carácter sexual habrían sido consentidos, pero a la vez bajo una situación de manipulación. En la contraparte, el documento publicado por el Sodalicio indica que el fundador abusó sexualmente de un menor de edad, de seis adultos jóvenes y que además manipuló sexualmente a otros siete hombres.

La tolerancia cero del Papa Francisco

El Papa Francisco se ha referido a los pederastas de la Iglesia en varias ocasiones y ha reiterado que con ellos hay que tener tolerancia cero, sin embargo, el pronunciamiento del Vaticano sobre los abusos perpetrados por Figari dejan bastante que desear.

Según Pedro Salinas, uno de los autores de Mitad monjes, mitad soldados y quien fuera además miembro del Sodalicio, el documento es “nauseabundo” y demuestra que “la Iglesia católica defiende a sus pederastas. Esa ha sido la política de siempre”.

Mientras el Sodalicio vive un terremoto en Perú, se cierran comunidades, entregan proyectos apostólicos y parroquias, en Chile están en expansión. Los religiosos dueños de la Universidad Gabriela Mistral anunciaron hacia finales del año pasado que absorberían la Universidad Ucinf y que además construirían la nueva sede de la UGM en un terreno de 2,2 hectáreas en la Avenida El Salto de Huechuraba, misma comuna donde ya tienen un colegio, el Saint Joseph School.

*Fuente: El Mostrador

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1 Comentario

  1. olga larrazabal

    Estas sectas dentro de la Iglesia Católica tienen todas un perfil muy parecido. Sus adherentes suelen ser todos jóvenes de «buenas familias» peinados a la gomina, muy atentos a los buenos negocios, muy conservadores en su visión de un mundo estático, y con una evidente tendencia a un retorcimiento en materia de sexo. Son aburridoramente predecibles y lateros.

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