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Marie Emmanuelle Verhoeven niega ser la “Comandante Ana”: “Mi caso es una mentira histórica”

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Desde la India y en medio de un proceso de extradición que la tuvo en prisión preventiva durante 16 meses, Verhoeven quiere desmentir las historias que la apuntan como una guerrillera que habría sido jefa de inteligencia del FPMR para el asesinato de Jaime Guzmán, además de una triple agente con vínculos con la policía chilena y francesa. Para ella, la “Comandante Ana” es sólo “una súper heroína de cómic”. Hoy, a 25 años de la muerte de Guzmán, la francesa habló con El Desconcierto en la primera entrevista que concede a un medio chileno. Esta es su versión de los hechos.

Captura: SkypeCaptura: Skype

El 25 de enero de 2014, la francesa Marie Emmanuelle Verhoeven (57) viajó desde Francia a Hamburgo, Alemania, para pasar ocho días de vacaciones. Tan solo dos meses atrás había viajado a la India sin ningún problema. Esta vez no corrió la misma suerte ya que, sin siquiera alcanzar a salir del aeropuerto, fue detenida por la policía alemana.

Pensó que era una broma. Veía que la policía también miraba algo sorprendida sus papeles y sus visas, ya que estaban al día, con estampas de distintos países. Fue luego de un rato, asegura, que escuchó por primera vez un nombre que le acompaña hasta el día de hoy: “Comandante Ana”.

Algunos dicen que fue una doble agente de la policía chilena infiltrada en el Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR), otros que estuvo luchando en Nicaragua junto a los sandinistas. Sin embargo, el arresto en Hamburgo se dio por las versiones que acusan a Verhoeven de que, bajo la chapa de “Ana”, formó parte de la dirección del FPMR como jefa de inteligencia en 1991 y que, por ende, estuvo implicada en el asesinato de Jaime Guzmán.

La persona que la involucró en el caso fue el ex comisario Jorge Barraza. Entre otras cosas, él ha declarado que Verhoeven le confesó la composición de la dirección del Frente, además de decirle que ella era “la famosa Comandante Ana, encargada nacional de inteligencia del FPMR, y la sexta integrante de dicho movimiento terrorista”; que le confesó que era pareja del “Comandante Salvador”, Sergio Galvarino Apablaza, número uno del Frente; que ella limpió el dinero del secuestro de Cristián Edwards en los Países Bajos junto a Juan Maco Gutiérrez Fischman, el “Chele”; que le dijo que vio al “Comandante Eduardo” –Enrique Villanueva Molina– salir de la oficina de Belisario Velasco, en ese tiempo subsecretario del Interior; que además dijo que mientras trabajaba en la cárcel de San Miguel en 1994 su misión era sacar al “Comandante Ramiro” –Mauricio Hernández Norambuena- y a Ricardo Palma Salamanca del recinto penitenciario.

Además, Barraza ha entregado como pruebas un video donde Verhoeven supuestamente se junta con Apablaza en un café Tavelli, pero que en realidad se ve a la francesa entrando al café en una toma y, en otra, a Apablaza saliendo; una foto de ella encapuchada en una conferencia -la cual fue desmentida por Enrique Villanueva Molina, quien además dijo que la mujer en esa foto era su pareja, “Mariela Vargas”, vocera del Frente hasta fines de los ’80-; y una pistola que supuestamente Verhoeven le habría entregado y que pertenecía al Chele.

Para el abogado de Enrique Villanueva Molina, Roberto Celedón, el comisario ha levantado una mentira grave al decir que Verhoeven fue parte de la dirección del Frente: “El único que señala que ella formó parte de la dirección es Jorge Barraza. Es solo el testimonio de ese sujeto, que con posteridad se supo que formó parte de la DINA y que está procesado por homicidio. El mismo Frente Patriótico ha negado la militancia de ella. Incluso Enrique Villanueva ha dicho que nunca ha habido encargados de inteligencia en el Frente. Son mentiras graves”.

Todos estos elementos han marcado las acusaciones en contra de Verhoeven, las cuales dieron paso no solo a su detención en Hamburgo –que terminó siendo declarada ilegal en la Corte de Alemania-, sino que a una posterior detención en la India, un presidio preventivo de 16 meses y una insistente solicitud de extradición a Chile que no se ha podido concretar.

Hasta el momento solo se había sabido de palabras de Marie Emmanuelle Verhoeven a través de lo que decía Barraza o de la carta que ella misma escribió a la Presidenta Michelle Bachelet en julio de este año, en la que declaró por primera vez que “la Comandante Ana no existe”. Sin embargo, El Desconcierto logró contactarse con ella en lo que, a 25 años del asesinato de Jaime Guzmán, es la primera entrevista que da a un medio chileno.

“Desafío a cualquier persona a encontrar a la Comandante Ana”

Desde la India, Marie Emmanuelle Verhoeven prefiere hablar con nosotros en francés. A pesar de los diez años que pasó acá en Chile –del ’85 al ’95- la falta de práctica ha hecho que no pueda expresarse como quisiera en español, a pesar de que entiende a la perfección las preguntas que se le hagan en ese idioma. También habla inglés pero, de nuevo, para privilegiar una conversación con más detalles, prefiere el francés.

De su experiencia en Chile, recuerda que sus hijos desde pequeños sufrieron los efectos de la dictadura. El colegio del mayor fue una vez intervenido por los militares de manera muy violenta y tuvieron a los niños en el patio. Cuando Verhoeven fue a buscar al pequeño de ocho años al establecimiento, se había orinado del susto.

Además recuerda que su segundo hijo nació el 13 de septiembre de 1986, tan solo seis días después del atentado del Frente a Augusto Pinochet. “Recuerdo las calles bloqueadas por los tanques. Tuve que salir con una bandera blanca para que nos dejaran pasar e incluso los carabineros me tocaron la guata para chequear que estaba realmente embarazada, y que no fuera una trampa”, dice, y luego agrega que, post parto, los médicos no podían volver a sus casas por el toque de queda, por lo que se quedaron fumando a su lado. Anécdota que hoy recuerda con simpatía.

-Remontémonos a los inicios, ¿cómo fueron sus primeros años en Chile?
-Llegué a Chile en 1985, época de dictadura. Estaba casada con un chileno (Ítalo Retamal Espinoza) y tenía un hijo de seis años. Recuerdo un país martirizado, perseguido, pero también un país muy vivo, de mucha solidaridad. Me gustan mucho los chilenos y ellos no son responsables de lo que pasó en su país. Yo trabajé en un liceo francés; después en la ONU, sobre el tema de los derechos humanos; también en la Cepal y escribí artículos para el Parlamento. Tenía una vida normal con mis hijos, una pareja, una vida de familia y muchos amigos. Fue un período difícil, pero de mucha solidaridad.

-Además trabajó en Gendarmería, ¿cierto?
-Sí, en 1994, porque había trabajado en el tema de los derechos humanos. Era el momento de la transición hacia la democracia, cuando estaban reestructurando las instituciones de lo militar hacia lo civil, por lo que me pidieron trabajar como asesora del director general de la Gendarmería, en la administración correccional.

-¿Cuáles eran sus funciones en la Cárcel de San Miguel?
-Seguía el caso de los prisioneros políticos, para revisar las modalidades del traslado hacia la Cárcel de Alta Seguridad. Se tenía que proceder de acuerdo a los derechos humanos. Los prisioneros querían saber sus condiciones de vida o de visita, por ejemplo, a la Cárcel de Alta Seguridad. Trabajé con ellos durante varios meses y fue muy interesante. En Chile, yo fui la primera persona civil, y es seguramente una de las razones que explica lo que me pasa ahora, en entrar dónde estaban los prisioneros. De todas maneras no se podía hacer de otra manera, ya que tenía que constatar sus condiciones de detención.

-¿Y ahí pudo conocer a Mauricio Hernández Norambuena y a Ricardo Palma Salamanca?
-Sí, estaban en el grupo de prisioneros en San Miguel. Había muchos prisioneros y yo solamente hacía mi trabajo.

-¿Qué recuerda de las conversaciones con ellos?
-Al principio estaban un poco a la defensiva, con situaciones complicadas y yo era una persona externa. Creo que el hecho de ser mujer y joven ayudó mucho en esos momentos. Tenían muchas preguntas sobre lo que pasaba afuera de la cárcel pero, sobre todo, necesitaban expresarse sobre sus situaciones judiciales. Algunos estaban condenados a 200 años de cárcel por una cantidad enorme de delitos. Ellos mismos decían que aceptaban ser condenados por los delitos que cometieron, pero no por lo que no. Explicaban lo que habían vivido, pero en ningún caso se quejaban sobre lo que les estaba pasando: eran prisioneros políticos que asumían sus posiciones.

-¿Y qué otras cosas contaban los frentistas en la cárcel?
-No contaban muchos detalles relativos a las acciones que hicieron. Sobre los dos frentistas responsables del asesinato de Jaime Guzmán, ellos nunca negaron -por lo menos, cuando yo estaba con ellos- los hechos. Lo asumían completamente. Recuerdo que (Hernández) Norambuena dijo que él tomó la decisión y que los dos pertenecían a una rama autónoma del FPMR, algo que ya estaba escrito en la prensa y que todo el mundo ya sabía. Ahora puedo decir que conozco perfectamente el caso Guzmán, ya que tengo el archivo completo.

-En este tiempo se han entregado nuevos antecedentes.
-Todo lo que se dice o escribe de nuevo sobre este caso es una gran mentira. No hay absolutamente ninguna prueba concreta que pueda contradecir la verdad de los hechos que ocurrieron en los ’90 y que fueron comprobados por la justicia. No hay nada concreto que permita afirmar estas nuevas teorías sobre otras personas implicadas. Son solamente invenciones. Mi caso es simplemente una mentira histórica.

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-En una noticia en La Tercera habla el ex frentista Juan Gutiérrez Moya (no confundir con el Chele, Juan Gutiérrez Fischmann) como su ex pareja. ¿Tuvo usted una relación con él?
-Sí, fue mi pareja y mi marido. Nos casamos en Francia.

-Él señala que la conoció a través de la política, ¿tuvo usted alguna militancia en Chile o en Francia?
-En Francia participé en el Partido Socialista, y en Chile estaba con la gente de izquierda que estaba comprometida en contra de la dictadura de Pinochet.

-Además, en su declaración dice que usted no tuvo que ver con el caso Guzmán.
-Ese es un punto muy importante. Esas declaraciones no aparecen en el archivo, lo que constituye una omisión de prueba muy importante por parte de la justicia chilena. Es algo muy serio y fuera de la ley.

-¿Se declara inocente del Caso Guzmán?
-Sí. No tengo nada que ver con el Caso Guzmán, es un hecho obvio. Hoy sabemos que la Comandante Ana es un personaje ficticio, que nunca fui miembro de la dirección del FPMR. Así, mi participación es imposible de cerca o remotamente. Hay intentos poco refinados de fabricación de pruebas, supuestas declaraciones que para lo fundamental se basan en cosas que yo habría dicho -que no es el caso-, y que no están respaldadas con nada tangible. Se trata de un lavado de cerebro enorme, bastante estúpido de hecho, la pregunta de hoy es: ¿Por qué este despliegue histérico para tratar de validar una tesis improbable? ¿Quién está en el origen de esta fabricación delirante casi infantil? No tengo que esconder nada. La confusión es tal que razonablemente podemos pensar que está orquestada por aquellos que piensan en obtener algunos beneficios políticos, pero estoy absolutamente segura de que esa ganancia va a ser transformada en pesadillas para los mentirosos y los manipuladores. Espera y verás, la verdad está marchando.

-¿Cómo recuerda el día del atentado a Jaime Guzmán? Usted ha dicho que estaba en una peluquería.
-Cuando se produjo el atentado efectivamente estaba en la peluquería y recuerdo que todo el mundo se rió porque como era el 1 de abril (día de los inocentes), todos pensaron que era una broma. Y luego yo estaba con mi compañero y nos fuimos a la casa, mi hijo se acuerda que pusimos las noticias y ahí nos dimos cuenta de que no era una broma, que era verdad. Francamente no puedo mentir, yo no lloré ni he conocido a nadie que haya llorado, es así. Guzmán era amado por su gente, pero también fue una persona que tuvo un papel importante en la dictadura.

-¿Y cómo vio el hecho de que lo hubiesen asesinado?
-Condeno el asesinato, porque transformó a Guzmán en un mártir. Eso pasa en muchos casos de dictadura, se producen venganzas. Fue un asesinato político.

-¿Qué piensa respecto a la lucha armada que se dio acá en Chile?
-Yo no apoyo la lucha armada. Creo que, si se puede, hay que hacerlo de manera pacífica. Cuando uno se encuentra en un país que utiliza un terrorismo de Estado, como Chile durante la dictadura, las formas de expresión eran limitadas, la represión era fuerte entonces. Aunque no estoy de acuerdo con eso, entiendo la lucha armada en este caso.

-En ese sentido, ¿qué significa el personaje de la Comandante Ana para usted?
-No sé, me parece perfecta como una súper heroína para un nuevo comic (ríe). En serio, recuerdo haber escuchado a un carabinero, no recuerdo su nombre, que decía: “Porque nadie conoce a esta mujer, porque no aparece en ninguna parte, resulta siendo extremadamente peligrosa.” Esto hace la pega de los carabineros bastante fácil: toda persona inocente podría ser culpable en la teoría.

-En la carta que envió a la Presidenta Michelle Bachelet sostuvo que la Comandante Ana no existía.
-Exacto, no existe. Yo desafío a cualquier persona a encontrarla.

-¿Tuvo respuesta?
-No. Además de esa carta, yo también le escribí al primer ministro indio y al primer ministro francés. Me contestaron en 48 horas.

Las pruebas que Jorge Barraza ha interpuesto contra Verhoeven

Han sido dos las solicitudes de extradición de Marie Emmanuelle Verhoeven que en los últimos años ha elevado Mario Carroza, ministro en visita extraordinaria de la Corte de Apelaciones de Santiago a la Corte Suprema.

La primera resolución fue el 21 de marzo de 2014 (ver documento), cuando Verhoeven permanecía en custodia en Hamburgo. En ella se dio el visto bueno a la extradición activa, con los votos en contra de los ministros Milton Juica y Haroldo Brito.

Entre las razones que dieron ambos jueces se señaló que no existían pruebas suficientes para encuadrar que la francesa hubiese tenido responsabilidad en el Caso Guzmán, por lo que la orden carecía de sustento y se estaba afectando su debido proceso. Además, recalcaron el hecho de que se hizo una orden irregular de captura, ya que fue emitida el día 27 de enero (ver documento), siendo que Verhoeven fue detenida el 25, tornando ilegítimo el proceso.

En el documento, incluso se menciona a la “Comandante Ana” como un sinónimo de “Mariela Vargas”, siendo que se demostró que esta última era en realidad Patricia Araya, pareja de Enrique Villanueva Molina.

Como se sabe, la High Court de Alemania declaró ilegal la extradición (ver documento en inglés), argumentando que “los documentos que se encuentran actualmente en el expediente -después de varias solicitudes y solicitudes de información adicionales enviadas al Estado solicitante- no justifican inequívocamente que se cumplen todas las condiciones para la extradición”, y que “se prohíbe a las autoridades alemanas extraditar a un acusado cuando la condena en juego en el Estado requirente parece particularmente grave y, en todo caso, desproporcionada”.

“Esta petición de extradición ya ha sido rechazada. Eso es lo más increíble de todo. Ya lo intentaron, perdieron, y siguen obstinados. Es un verdadero ensañamiento”, dice en conversación con El Desconcierto Clémence Witt, abogada francesa de Verhoeven.

Efectivamente, luego de que se emitiera la resolución alemana, Marie Emmanuelle estaba confiada en que podría viajar sin problemas a la India, ya que es budista y quería hacer una peregrinación. Sin embargo, fue detenida nuevamente en el estado de Uttar Pradesh y luego trasladada a Nueva Dehli.

Ahí es donde ingresa la segunda solicitud de autorización del trámite de extradición de parte de Mario Carroza a la Corte Suprema (ver documento), con fecha del 9 de marzo de 2015. La petición volvió a aprobarse, pero contó con el voto en contra del juez Carlos Cerda, quien cuestionó las pruebas presentadas para la extradición: una declaración de Ricardo Palma Salamanca, números de la revista interna del Frente -El Rodriguista- y los dichos de Jorge Barraza.

Sobre la declaración de Palma Salamanca, Cerda sostiene que no se ha adjuntado al pedido de extradición declaración judicial alguna en la que el pistolero la inculpe en el homicidio de Guzmán. En segundo lugar dice, sobre los ejemplares de El Rodriguista, que “nada puede encontrarse en ellos que autorice blandirlos como avales de la pretensión en estudio”.

Finalmente pasó a los informes policiales basados en los dichos del ex comisario Jorge Barraza, quien sindicó a Verhoeven como parte de la dirección del Frente. Sobre este punto, el juez dijo: “Barraza no testimonia, sino que ilustra en torno a lo que es su versión personal del homicidio o su teoría del delito”.

Luego, Cerda agregó: “Obviamente las intervenciones de Barraza –piedra angular del enjuiciamiento– no pueden, razonablemente, ser tenidas como elemento de prueba ni indicio de la culpabilidad de Verhoeven, por algo publicó su libro ‘Tributo a Nuestra Patria o Razón de Estado’ en el que hace públicos tales pareceres personales”.

Tal como señala el ministro de la Corte Suprema, Barraza ha sido el principal inculpador de Verhoeven en este proceso, relatando una serie de episodios que habría tenido con la francesa en torno al intercambio de información sobre el FPMR. Algo que Verhoeven quiere desmentir.

-¿Qué opina de las cosas que Jorge Barraza ha dicho sobre usted?
-Las declaraciones que hizo el señor Barraza no son declaraciones, son testimonios espontáneos que no fueron pedidos por nadie. Él construyó una historia improbable, que se sostiene sobre absolutamente nada. Por ejemplo, ha afirmado que le había mostrado una pistola (de Juan Gutiérrez Fischmann, el Chele) y obviamente no hay registro o prueba de tal arma. El juez Cerda es claro en señalar que no porque Barraza dé su testimonio espontáneo se puede hacer un juicio, ya que no hay hechos que se puedan comprobar, no hay pruebas.

-Su acusación principal sigue siendo que usted era parte de la dirección del Frente.
-Pero los jueces de instrucción ni siquiera consideraron esas declaraciones. Ahí es donde pasamos a la dimensión fantástica: finalmente yo no estoy acusada de haber matado a Guzmán, jamás formé parte de la dirección del Frente Patriótico, eso está más que probado. Entonces, ¿qué hacía yo? ¿Contestaba el teléfono? ¿Hacía el aseo? Si realmente era parte de la dirección del FPMR y si realmente hubiese participado en el asesinato de Jaime Guzmán, ¿cómo podría ser que unos años después trabajara con los prisioneros políticos en la cárcel de San Miguel en 1994? Es absurdo: uno más uno, igual dos y no tres.

-¿Conoció al comisario Barraza cuando estuvo en Chile?
-Lo vi una vez en una reunión organizada por la policía civil, pero no lo conozco personalmente.

-Otra de las pruebas que ha entregado a la policía es aquel video donde supuestamente aparece con Sergio Galvarino Apablaza en un café Tavelli.
-No se ve nada en ese video. Cuando estuve detenida en Alemania, mi hijo me llamó y me dijo: “Mamá, dicen que hay un video tuyo y un jefe del FPMR”. Yo le dije que no era posible y que debía ser un montaje. Mi abogada en Alemania lo vio y dijo que no se veía nada, ya que estoy siempre sola. Debe ser de la época de cuando trabajaba con los prisioneros políticos, ya que en ese tiempo sabía que estaba siendo seguida. Pero no estoy con ese hombre, no lo conozco. Y él no se ve nunca conmigo en este video.

-Además está la foto en la que supuestamente aparece usted encapuchada, pero que luego confirmaron que se trataba de “Mariela Vargas” (Patricia Araya), vocera del Frente.
-En 2014 me acusaron de ser Mariela Vargas. Lo que es divertido es que, en los archivos que mandaron, estaba la identidad de Mariela Vargas, que obviamente era otra persona. Los jueces se preguntaron si estaban locos. Así es el archivo del caso Guzmán, una locura. Es un caso sucio, chocante.

-Otro actor que ha sido fundamental a la hora de inculparla ha sido la UDI, ¿qué opina del rol que ha tenido ese partido en este caso?
-Es una locura. Desde acá hay varias lecturas posibles. Están en un pleno delirio de persecución. Se sabe que no es el gobierno chileno el que está directamente detrás de este caso. Su rol es, seguramente, pasivo, pero es la UDI la que lo maneja.

-El diputado Issa Kort (UDI) ha viajado continuamente a la India para los juicios y, a inicios de este año, declaró a este medio que no iba para inculparla, pero que le llamaba “poderosamente” la atención el que usted no quisiera viajar a declarar a Chile.
-No voy a ir a Chile, donde podrían hacer presiones, visto lo que son capaces de hacer afuera del país. Creo que les gustaría tenerme para que yo haga falsas declaraciones, sobre todo porque yo fui de las últimas en ver a los prisioneros políticos. Si quieren interrogarme lo pueden hacer vía una comisión rogatoria en Francia. ¿Cuál sería el problema? ¿Por qué nunca preguntaron para interrogarme en Francia? Soy francesa, vivo en Francia. No me escondo, estoy en todos los registros. 

Respuesta a Ramiro

Portada libro "Un paso al Frente", de Mauricio Hernández Norambuena

Portada libro “Un paso al Frente”, de Mauricio Hernández Norambuena

Esta semana el frentista Mauricio Hernández Norambuena –comandante Ramiro- lanza su libro “Un paso al Frente” (Editorial Ceibo). El Desconcierto tuvo acceso al libro y constató que el autor menciona a una francesa llamada Emmanuelle, que se le habría acercado en la cárcel de San Miguel diciéndole: “¿Cómo está, Comandante Ramiro? Yo soy militante del Frente y estoy a su disposición”.

Hernández Norambuena relata que no la conocía, pero que ella le dio dos nombres de gente del Frente y que le dijo que iba a sacarlo de la cárcel, ya que estaba trabajando como psicóloga. Ramiro relata que terminó por desconfiar de ella y que declinó su propuesta a favor de la otra fuga que estaban planeando. Además, intuye que detrás de Emmanuelle había un plan de la policía y Jorge Barraza y que, si se hubiese fugado con ella, lo habrían matado.

Esta versión contradice la idea de que Marie Emmanuelle formó parte de la dirección del Frente en 1991 junto a Hernández Norambuena, ya que el encuentro entre ambos se habría producido en 1994 –tres años después del asesinato de Jaime Guzmán- y Ramiro asegura que no la conocía. Sin embargo, forma parte de la tesis de que trabajaba para la policía, incluso para Jorge Barraza, el principal incriminador de Verhoeven en el Caso Guzmán.

Apenas El Desconcierto recibió esta información, le consultó a ella misma sobre las acusaciones. Respondió que nada de lo que dice Ramiro es verdad y que es segunda vez que sospecha que lo están usando para inculpar a otras personas. La primera, dice, fue cuando salió la entrevista que le hicieron desde Chilevisión en 2010, en la que terminó inculpando -y a la larga condenando- a Enrique Villanueva Molina por el Caso Guzmán. Entrevista en la que jamás la mencionó a ella.  

Dieciséis meses de cárcel en la India

Foto Prensa Libre: NDTV

Cárcel de Tihar (Foto Prensa Libre: NDTV)

Fue el 16 de febrero de 2015 cuando Marie Emmanuelle Verhoeven fue detenida en Sunauli, pueblo de tránsito entre Nepal y la India del estado de Uttar Pradesh. Desde ahí fue trasladada a Nueva Delhi donde, el 24 de febrero, se ordenó que entrara a prisión preventiva en la cárcel de Tihar.

En marzo se produjo la resolución a favor de solicitar la extradición en la Corte Suprema de Chile con el voto disidente del juez Carlos Cerda. En ella, se señalaba en su segundo punto que no existía un tratado de extradición entre Chile y la India. Algo que el Estado chileno contradiría días después, ya que la embajada de Chile en la India emitió una primera Nota Verbal solicitando su retorno a nuestro país, basándose en un tratado de extradición entre Chile y Gran Bretaña que data de 1897, cuando la India era una colonia.

Mientras tanto, el plazo de la custodia judicial de Verhoeven se extendió numerosas veces: hasta el 10 de marzo, luego hasta el 25, luego para el 8 de abril, para el 18 de ese mes, para el 16 de mayo, y así siguió. Eventualmente llegó una fecha clave, el 21 de septiembre de 2015.

Ese día, la High Court de Delhi en Nueva Delhi declaró que el arresto de Marie Emmanuelle Verhoeven en febrero fue sin jurisdicción y además –tomando en cuenta que no hubo orden de arresto formal de Chile- ilegal. El documento también señala que en la solicitud de extradición entablada por la embajada de Chile (24/3/2015) se hizo antes de que el Estado de la India hiciera admisibles las provisiones de su Acta de Extraditación para la República de Chile (28/4/2015). Por ende, declara el tribunal, la solicitud de extradición no fue válida.

Con estas conclusiones, la decisión fue liberar a Verhoeven de su detención ilegal.

Su abogada en la India, Ramni Taneja, recibió el documento de la High Court a las 4 p.m. y viajó de inmediato a la cárcel de Tihar para recibir a su cliente. Fue a la puerta y, con el documento en mano, le dijo a los encargados de la cárcel: “Vengo con esta orden judicial y tienen que liberar a Marie Emmanuelle Verhoeven, porque los jueces han dicho que su detención es ilegal”.

La respuesta fue que tenían que revisar el caso y que Taneja debía esperar. Para las 10 de la noche, la francesa aún no podía salir.

Terminaron por decirle a la abogada que volviera el día siguiente, 22 de septiembre. Lo hizo y, a las 6 pm, recibió una llamada en la que le dijeron que su cliente había sido arrestada nuevamente.

La embajada de Chile, con ayuda de la UDI, habían actuado rápido: emitieron otra Nota Verbal el mismo 21 de septiembre solicitando arrestar nuevamente a Verhoeven (Ver documento en inglés).

Esto le significó a Verhoeven permanecer otros 10 meses en prisión, siendo que la legislación estipula un plazo de 60 días. Recién fue puesta en libertad bajo fianza el 2 de julio de 2016, tras pagar 1 millón de rupias, equivalentes aproximadamente a casi $10 millones de pesos.

A pesar de esto, ha sido víctima de otra clase de hostigamientos, como llamadas anónimas o vigilancia a su domicilio. Además, en la última audiencia su teléfono celular fue robado, incluso con el embajador Andrés Barbé presente en ella.

A pesar de que en prisión le tocó vivir otra clase de hostigamientos, como una golpiza que le dio otra reclusa en enero, Marie Emmanuelle prefiere ver el lado positivo de esta experiencia. “He vivido momentos difíciles, pero he conocido a personas extraordinarias, lo que me confirma que estoy bien en la tierra de Buda”, dice, a la espera de su próxima audiencia el 4 de febrero, mes en el que cumplirá dos años en la India.

¿Qué cosas te tocó vivir durante esos 16 meses en la cárcel de Tihar?
-Fue muy difícil. La India es un país pobre, con mucha gente, así que la cárcel es lo mismo. Yo estaba acostumbrada a ver otras condiciones. Se parece a la película Midnight Express. Para no volverme loca, entregué mi tiempo al servicio de otras personas. Casi tenía una oficina dentro de la cárcel. Intentábamos resolver problemas con las otras detenidas. Había mucho trabajo, me ocupaba de los otros. Yo tengo la suerte de tener un perfil espiritual que me permite seguir. Hacía mucho yoga y meditación. No me tomaba las cosas personalmente. En eso el budismo ayuda, ya que se trata de “karmas”.

-Era una forma de sobrevivir.
-Sí, me permitió soportar las condiciones que eran, a veces, extremas a nivel de clima (la temperatura promedio era entre 45 y 55 grados), comida y suciedad (no tenía agua potable de noche). Tuve presión dentro de la cárcel, pero yo decía todo. Denunciaba desde dentro de la cárcel, hice peticiones y un informe de 40 páginas sobre las condiciones de detención de las mujeres en Tihar.

-¿Qué cosas te perdiste por tu presidio en India?
-En febrero de este año se produjo el evento más triste de todo esto, porque mi papá falleció y no pude despedirme de él. Esto no fue nada fácil, porque soy víctima de persecución, y mi familia lo es también por repercusión. Es una tortura también para mi familia, no solo para mí.

Otro evento para el que Verhoeven no pudo estar presente fue para el nacimiento de su nieta. A pesar de estar al otro lado del mundo, la francesa dice que este hecho fue fundamental para ella ya que, a modo de sobrevivencia, le envió cartas a la recién nacida durante todo su presidio.

En una de ellas, le escribió a la pequeña:

“Tú y yo todavía no nos hemos encontrado.

Naciste poco después del inicio de esta historia increíble. Esta historia de falsificadores e ilusionistas. Un escenario improbable que, día tras día, se convierte en una red de araña para los libretistas enredados en los hilos de sus mentiras.

Esta historia es tuya también ahora”.

Revisa la carta completa que Verhoeven compartió con El Desconcierto:

Extracto Carta MEV by Palalo Alvarez on Scribd

*Fuente: El Desconcierto

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1 Comentario

  1. Patricia Lagunas

    Primero quiero dejar claro que el FPMR no eran terroristas ellos luchaban por la libertad del pueblo chileno y yo lo apoyo, porque sin ellos nunca el gobierno de Estados Unidos habria decidido sacar a Pinochet, ellos lo pusieron y ellos lo sacaron, la explicacion es muy simple, el pueblo chileno que antes no estaba armado y despues llegaron las armas y ahora estaban armados y se iba a luchar por la libertad del pueblo Chileno, Entonces el gobierno de Estados Unidos decidio que se acabara la dictadura, que todavia esta ya que se gobierna con la Constitucion de la dictadura por lo tanto en Chile no hay democracia. Dijeron que no querian otra CUBA. Los presos politicos que se fugaron de la carcel de Santiago, se fugaron como todos saben por eso maravilloso tunel, eso esta considerado en Convencion de Ginebra a todos los detenidos en tiempo de guerra que se fugen estan en su derecho, la fuga es un derecho humano en tiempos de guerra y Pinochet hablaba siempre de la guerra que habia en Chile.

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