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La última fase del modelo de economía neo liberal, el colapso

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Es esencial para comprender la crisis económica mundial tener un perfil  aproximado del tipo de líderes políticos que componen el 1% de los más ricos de Estados Unidos.  Son personas que tienen la convicción más absoluta de ser los dueños de la verdad que creen proveniente de Dios. Una mezcla entre fanatismo y religiosidad que los predispone a manejar su visión como un estándar inequívoco que deben imponer a todos los demás a través de un discurso que califica a sus adversarios en perdedores, subversivos o terroristas. George W. Bush dijo en una oportunidad que la Unión (EE UU), es “un regalo de Dios al mundo”. La red política de los más ricos tiene fuertes lazos con el gran capital, industrial y financiero, además del complejo industrial militar que les permite rentabilizar las guerras. En las últimas cuatro décadas el sesgo ha sido  atesorar enormes riquezas que controlan a través de todo el mundo.

Sarah Palin, es una política norteamericana, ex Gobernadora de Alaska  entre 2006 y 2009, republicana de ultra derecha, fue presidenta de la  Comisión de Conservación de Petróleo y Gas de Alaska.  Apoyó la invasión a Iraq, diciendo que “los líderes de la nación enviaban soldados en una misión que es de Dios”. Recientemente vendió su finca ecuestre cerrada en Scottsdale, Arizona en  US$  2.275 millones. Es una cifra impresionante equivalente a           $ 1.506.050.000.000.- de pesos chilenos (1,5 billones de pesos), suficiente para construir más de 75.000 casas de $ 20 millones c/u,  o una cifra muy cercana para financiar los 14 hospitales programados en Chile por US$ 2.500 millones. Desconozco como logró reunir tanto dinero, podemos suponer que se levantaba muy temprano para ir a trabajar, o compro pollitos que luego los vendió y compró camiones, en fin, lo cierto es que estudió periodismo, fue candidata a Vicepresidente de EE UU con John McCain y declara ser dueña de casa.

Los que apoyan a Donald Trump se parecen mucho a aquellos que en el siglo pasado asesinaron a John Kennedy y no obstante la conmoción mundial, sólo encontraron como chivo expiatorio a Lee Harvey Oswald  y todo el resto siguió  viviendo cubierto por una eterna noche negra. Los políticos más ricos de Norteamérica, aquellos que son visibles para la opinión pública, tienen un ego desbordante de exitismo que los obliga a comunicarse con la gente para que sigan su ejemplo y puedan recibir el reconocimiento ciudadano.

Pero, están los “otros”, tal vez mil veces más ricos que se mueven hábilmente en el anonimato  o dentro de organizaciones privadas desde donde controlan las entidades públicas del país y pueden interferir para decidir cuándo invadir un país extranjero o conspirar para botar un gobierno.  Sus acciones siempre son difundidas como  salvadoras para imponer los principios neoliberales y “la democracia” occidental.  El pasado mes de Agosto, en una entrevista en París Joseph Stiglitz, Premio Nobel de Economía 2001, hablando sobre Europa dijo, “Nos hemos dado cuenta de que el sistema no cumple como se había prometido. Nuestros líderes y nuestra democracia fallaron. Dijeron que la liberalización del mercado financiero aceleraría el crecimiento y lo que hizo es dar más dinero al 1% de arriba. La lección es que necesitamos protección”.

La mayoría de los países que viven en democracia, siguen recibiendo fuertes presiones para aprobar nuevos tratados de libre comercio por la injerencia del poder real que se instaló en un gobierno supra nacional integrado por las transnacionales, los poderosos grupos financieros, los políticos de extrema derecha y la gran banca, el núcleo donde se nutre el 1 % de los más ricos para decidir todo sobre el resto.  Joseph Stiglitz, señalaba, “Las consecuencias políticas, para mí, son más importantes que las económicas. Muestra que ha habido un proceso de integración durante 70 años y que ahora empieza un movimiento en dirección contraria”.  Luego agrega, “… la teoría económica dice que si hay integración, hay ganadores y perdedores, a menos que pongan políticas fuertes para proteger a estos últimos. Los ideólogos olvidaron la distribución. Si hoy hicieras esa unión, tendría que ser diferente, deberías proteger a los perdedores”.

Vivimos una normalidad aparente creada por los medios oficiales enfrascados en discutir más de lo mismo, si más dinero o  menos tasas o viceversa, excepto discutir las fallas estructurales de un modelo económico que se sostiene en pié por la emisión de billones de dólares y otro tanto en créditos descontrolados. La  última actividad oficial fue la reunión reciente de la FED, para informar que se mantendrá el precio del dinero sin cambios con tasas entre 0,25% y 0,50%. El 1% de los más ricos son sin duda los responsables de la tragedia económica y financiera que vive el mundo y la que se avecina en el futuro no tan lejano, como revela el trasfondo del informe de la UNCTAD.

Algunos datos recientes es el Producto Interior Bruto (PIB) de Francia correspondiente al segundo trimestre del año que experimentó una contracción del  0,1%, según el dato definitivo del Instituto Nacional de Estadística y Estudios Económicos (INSEE), lo que supone el primer retroceso trimestral de la economía gala desde 2013. El  Fondo Monetario Internacional (FMI) ha recortado en cuatro décimas la previsión de crecimiento de la economía portuguesa en 2016, hasta el 1% y la situación de Japón es muy similar, sino peor. La economía promedió un crecimiento de 0,2% entre junio de 2015 y junio de 2016.

La situación que vive Estados Unidos responde a un patrón similar al de Japón y no sólo para dicho país, sino para todas las grandes economías cuyos bancos centrales han emitido exceso de dinero y se empiezan a parecer a Japón, bajo crecimiento y una inflación oficial muy baja, (aunque la inflación subyacente de 2,3% está a punto de escaparse), lo que frena las condiciones para subir las tasas de interés por encima de cero. Sin duda son datos malos, sin embargo, el informe de la United Nations Conference on Trade and Development (UNCTAD), en su reporte “Trade and Development Report, 2016”, es lapidario.

Los economistas de las Naciones Unidas se refieren a una especie cataclismo financiero que de no mediar cambios significativos, implicará el mayor daño económico jamás ocurrido en la historia de la humanidad que está apuntando a una crisis final del modelo de economía neo liberal global, que nosotros hemos venido comentado siguiendo el sentido común, en diversos artículos que han sido publicados en este  mismo medio.

Las alarmas han seguido  sonando durante la explosión de los niveles de deuda de las empresas en las economías emergentes, que las espirales deflacionarias dañinas no se pueden descartar».  El informe anual de la UNCTAD, en el segmento, Structural Transformation for Inclusive and Sustained Growth agrega,  “… la deuda de las sociedades no financieras en estas economías aumentó de alrededor de $ 9 billones de dólares a finales de 2008 que son  mayores a $ 25 billones de dólares a finales de 2015, y se duplicó como porcentaje del producto interno bruto (PIB),  del  57% a 104 % en el mismo período. La experiencia demuestra que si la mayor parte de la deuda vencida del sector privado es grande y denominada en moneda extranjera, como en América Latina por ejemplo, tiende a terminar en los balances públicos, arriesgando así una crisis de la deuda externa soberana.  La UNCTAD, también señala, “que las salidas de capital llegaron a US$ 656 mil millones el  año pasado después de que la FED de Estados Unidos cerró el grifo de la liquidez, y otros US $ 185 mil millones que salieron  en el primer trimestre de este año”.

Los países han importado las deformidades y los vicios financieros occidentales  sin estar listos para recibir las consecuencias.  Sabemos algo del daño que ha causado la globalización, sin embargo, pronto descubriremos cuan profundo ha sido su efecto.  Se desmontaron las industrias productivas locales, (Ejemplo, BATA que daba trabajo a más de 5.000 personas y permitió el desarrollo de varias generaciones de chilenos),  “víctimas de la `desindustrialización prematura`  dejando  países que han regresado mucho  más atrás de lo que eran  los países ricos antes 1980”, obnubilados por el guión de la política global impuestas por el poder extranjero y sus organizaciones financieras que encontraron amplio eco en la elite local neo liberal. La globalización no ha sido buena para muchos países, entre ellos Chile, a menos que se olviden de los millones de chilenos que viven con menos de US$ 500 y descontemos todo el consumo anticipado logrado con deudas que aún falta por pagar.

Se menciona en el informe que, «Si la economía mundial se desacelera más bruscamente, una parte significativa de la deuda de países en desarrollo incurridos desde el año 2008 podría llegar a ser imposible de pagar y ejercer una presión considerable sobre el sistema financiero».  La parte más dolorosa para un país chico como el nuestro, es que no tenemos políticos de carácter, convencidos de actuar en política pensando el futuro con una mirada que permita defender al pueblo y al país, focalizada en desarrollar y reflotar la economía sobre bases propias para todos los chilenos. Los escasos recursos disponibles no alcanzarán para que algunos sigan importando autos Lamborghini, Ferrari o Mercedes Benz, sino para enfrentar el desastre que se avecina, aún sobre la base de producción básica.

Tenemos  una montonera de políticos y pre candidatos dispuestos a seguir reflotando y maquillando un  modelo neo liberal, que se está desmoronando en sus caras, sin embargo insisten en revivir  viejas  promesas incumplidas haciendo un nuevo guiño a los poderosos grupos extranjeras que extraen la riqueza del país. El discurso político chileno ya está atrasado. El  22 de Septiembre de 2016, la agencia de calificación Fitch ha informado de un hoyo negro por valor de US$ 2.1 billones de dólares en la economía China, con una cartera vencida que ha alcanzado entre el 15%  y 21 %  y aumentando rápidamente. La agencia señala que, «Ya hay signos de estrés que apuntan a una cartera vencida que es mucho más altas que la mayoría de las estimaciones oficiales (1.8%), más, obviamente, que la frecuencia aumentada con la cual los bancos amortizan o descargan sus préstamos”.

La agencia señala que, «el defaults en China podría dar lugar a las garantías de créditos de fondos mutuos poniendo en apuros a  otras empresas. Un gran incremento de la morosidad real corre el riesgo de desencadenar una cadena de quiebras que aumenta el potencial de inestabilidad financiera».  En un artículo en el Telegraph, el analista inglés  Ambrose Evans-Prichard comentando el anuncio de la agencia Fitch, señala que, “en China el crédito alcanzó 243 % del PIB a finales de año pasado, el doble que en 2008. Los activos del sistema bancario ha crecido en US$ 21 de billones durante ese tiempo,  más de 1,3 veces en relación a la banca comercial de Estados Unidos”.

Fitch estima que la relación saltará a 253 % este año, y 261% el próximo año. Restricciones a los préstamos inmobiliarios se han relajado y gran parte del nuevo crédito va a la especulación de la vivienda, haciendo subir los precios en el último año de 40 % en Hefei, 37% en Shenzhen, 37% en Nanjing, y 31% en Shanghai.  Los préstamos se incrementaron en US$ 1,2 billones en los primeros cinco meses de este año. Ya las autoridades han comenzado a aplicar los frenos, lo que implica una desaceleración económica fresca para principios o mediados de 2017. China está empezando a sentir las tensiones demográficas de una fuerza de trabajo que se está reduciendo.  Fitch estima que por cada nuevo yuan del crédito, se genera sólo 0,3 yuanes de crecimiento económico, por debajo de 0,8 antes de la crisis de Lehman Bro.

Lo que si podemos decir con seguridad, es que nada de lo que está ocurriendo en la economía es bueno para el mundo, más con la FED  de Estados Unidos dispuesta a seguir prolongando la actual situación, a la espera de los  resultados de las elecciones de Estados Unidos, donde no hay seguridad que quien puede ganar las elecciones. Cualquiera que gane, Hillary Clinton o Donald Trump, se anticipan efectos y políticas económicas muy duras sin dejar de mencionar que un fuerte desequilibrio en EE UU., puede aumentar peligrosamente la  tensión geopolítica mundial.

Mario Briones R.

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