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Joaquín Lavín Infante: desde el sueño del cambio a una pega digitada y segura

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La decadencia del líder de la derecha, Joaquín Lavín, se va convirtiendo en inevitable a medida que pasa el tiempo, en que se “está volviendo viejo”, pues ya nada queda del joven y dinámico candidato de la derecha que, en 1999, en la primera vuelta en las elección presidenciales, logró un virtual empate con el poderoso líder de la Concertación, Ricardo Lagos Escobar. La magia del cambio, que tan hábilmente el candidato Lavín supo encarnar y comunicar a los ciudadanos, hoy no está, ni siquiera, en el baúl de los recuerdos.
La municipalidad de Las Condes es una fortaleza inexpugnable de la UDI “popular”, donde los “pobladores” que la habitan siempre van a elegir un alcalde de esa colectividad, por consiguiente, es muy probable que Lavín vuelva a lograr el 77% – porcentaje con el cual fue elegido alcalde en el ya lejano 1996 -, es decir tendría esta pega asegurada, concedida por secretaría. Con todo el dinero que genera esta municipalidad, solamente si tenemos en cuenta los impuestos inmobiliarios, no es difícil de gobernar: se da el lujo de tener los mejores consultorios, las mejores escuelas, varias casas de la Cultura, incluido un teatro de alta calidad y programas para niños y adulto mayor, que no hay parangón con otras comunas de Chile, incluso, el actual alcalde, Francisco de la Maza, comienza a construir un tren urbano que atraviese parte de la comuna. Con la llegada del futuro alcalde Lavín, a lo mejor, esta buena gestión de varios años, puede irse al tacho de la basura, pues la “ideas creativas” de Lavín, llevadas a la práctica en la municipalidad de Santiago, fueron un desastre.
Joaquín Lavín, inspirado en la magia del cambio, dio pruebas fehacientes de una imaginación afiebrada, por ejemplo, al proponer, canchas de esquí y de patinaje, y en verano playas – imitando las del Sena, en París -, también un avión que bombardeara las nubes para atraer el diluvio universal en Santiago, inventivas todas que fueron el hazmerreír de moros y cristianos.
A pesar de su fracaso en la municipalidad de Santiago, Joaquín Lavín seguía siendo el líder indiscutido de la  derecha, gracias a que su ejerce una dictadura sobre Renovación, y hoy también sobre Chile “nos” Vamos.
En 2005, Lavín parecía el candidato seguro para enfrentar el para enfrentar a Michelle Bachelet, pero sorpresivamente emergió el candidato Sebastián Piñera, que se negaba a participar en una primaria con Joaquín Lavín, sosteniendo que la primaria sería la primera vuelta. Una vez llevada a cabo la elección, Piñera le ganó a Lavín con un 25,4% sobre un 23,2%. Si sumamos los votos de ambos candidatos de la derecha, eran más que los obtenidos por Michelle Bachelet.
A pesar del fracaso en la elección presidencial, Joaquín Lavín seguía siendo un líder importante en la derecha – un señor feudal siempre dispuesto a ocupar un cargo, en  este caso, el de senador por Valparaíso-costa; nuevamente un fracaso más, al llegar en tercer lugar luego de Ricardo Lagos Weber y Francisco Chahuán – dos pingos de historial bastante más pobre políticamente hablando que   Lavín -.
La porfía y la ambición de poder en política no es un vicio, sino una virtud muy loable: los ejemplos de Arturo Alessandri, Carlos Ibáñez del Campo, Eduardo Frei Montalva y de Salvador Allende en el Chile republicano, prueban este aserto, y siguiendo este precepto, Lavín asumió el cargo de ministro de Educación durante el gobierno de Piñera, donde nuevamente hizo gala de su gran imaginación: los colegios serían evaluados sobre la base de un “semáforo”, que indicaba la calidad de cada colegio, a fin de que los padres pudieran optar entre los “buenos y los malos, los verdes y los rojos”; además, se le ocurrió la “brillante” idea de restar horario a las ciencias sociales y de educación para sumarlas a matemática y lenguaje y comunicación – ya podemos imaginar la cultura de este caballero, que no permite la integración de la ciencia -.
Joaquín Lavín, como miembro del directorio de la Universidad del Desarrollo y de la Inmobiliaria que la sustenta, se vio implicado entre las universidades que lucran, infringiendo la ley. Al preguntarle en un programa de Tolerancia Cero si había ganado o perdido su capital aportado a la Universidad, respondió que lo había recuperado. Hasta ahí llegó la autoridad moral y la  capacidad de este ministro de Educación como interlocutor válido frente a un poderoso movimiento estudiantil muy exitoso, a partir del año 2011.
Lavín no sabe vivir sin un pituto, por consiguiente, al abandonar Educación Piñera le ofreció el ministerio de Desarrollo Social – recién creado -. “Creativo” como siempre, se le ocurrió la genial idea de proponer una dita muy “balanceada” y a su vez muy nutritiva para engañar el hambre, por sólo $2.000 diarias – que mucha ni siquiera gana esta suma – para mantener cinco bocas, que es la familia promedio en los sectores más pobres. (Mucho mejor sería que los pobladores tomaran una comida dos veces por semana, al menos así los proletas de Chile tendrían una dieta “saludable” que los preservara de la obesidad mórbida, a su vez, poder lucir una figura estilizada).
Nuevamente Lavín se encontró sin pega al terminar el gobierno de Sebastián Piñera y, como no es tonto y mantiene siempre una hambre canina de poder, se  presentó la oportunidad de  ser propuesto por su partido, la UDI, como candidato de Chile “nos” Vamos, a la municipalidad de Santiago y, como requisito, sólo tenía que competir en un mecanismo de encuesta, bastante ridículo, con el muy desconocido concejal por Santiago, de Renovación Nacional, Felipe Alessandri, A pesar de estas condiciones tan favorables para Lavín, apenas sí empató con un rival carente de historial político.
La derecha nunca tendrá disciplina partidaria que no la necesita: puede sobrevivir perfectamente con una suma de personalidades políticas, como tampoco requiere un programa, ni elecciones de directivas y, mucho menos de primarias formales, pues sólo le basta la defensa de sus intereses y la sociedad de mercado. En este sentido, aunque muy disminuido, “siempre habrá un Lavín en la derecha”, pues representa su ethos.
Elecciones Municipales Las Condes, 1992

Joaquín Lavín UDI 34.234 31,03 Alcalde
Raúl Torrealba RN 14,715 13,35

 
1996

Pacto Partido Votos % Resultado
Joaquín Lavín Unión por Chile UDI 86702 77 alcalde
Estaban Tomic Concertación PDC 5538 4

 
Municipal Santiago 2000

Joaquín Lavín 73089 60,99
Marta Larraechea 34,993 29,20

 
Presidencial 1999 1 vuelta

Ricardo Lagos 3,383.339 47,96
Joaquín  Lavín 3,352,199 47,51

 
Segunda Vuelta

51,31
48,69

Presidenciales 2005

Michelle Bachelet 3,190,691 45,90
Sebastián Piñera 1 763.694 25,41
Joaquín Lavín 1,612,606 23,23
Tomás Hirsch 375,045 5,40

 
Parlamentarias 1989 distrito 23 Las Condes , Vitacura, Lo Barnechea

Evelyn Mathei 79,595 42,32
Elena Caraball 49,951 26.56
Joaquín Lavín 36,379 19,34
Guido Girardi 16,315 19,34

 
Senadores Valparaíso costa  2009

Ricardo Lagos W 123,626 33,15
Francisco Chahuán 105,123 28,21
Joaquín Lavín 103,762 27,85

 

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