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Nuevas denuncias remecen a Codelco. Los US$2 mil millones a la basura: Las platas perdidas del cobre

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16/04/2016 |
A la escandalosa pérdida producto de deficientes estudios de factibilidad e ineficiencia en obras, se agrega un dudoso manejo con contratistas desde marzo de 2009.

  • Pagos anticipados por trabajos inconclusos y extremo secretismo agravan la situación. Actual administración de la minera guarda silencio cómplice a pesar de las evidencias.
  • Resultado: miles de puestos de trabajo perdidos, vidas humanas desperdiciadas, infraestructura inútil, retraso de 3 años y reanudación con costo extra de otros US$2.000 millones.
El proyecto Nuevo Nivel Mina de El Teniente y cuyas «obras tempranas» datan de inicios de 2009, durante el gobierno de Sebastián Piñera,  tuvo desde un principio graves «errores» en la estimación de riesgos. A pesar de conocer una auditoría que daba cuenta de la inviabilidad original, los mayores costos y el retraso de producción, la actual administración de Codelco, que encabeza Nelson Pizarro, en vez de denunciar el hecho ha mantenido y promovido el silencio.
La culpa al empedrado
Los documentos «secretos» -a petición de Codelco-, y que la empresa hiciera llegar a la Cámara de Diputados reconociendo la aberración en el diseño e implementación de los trabajos (a los cuales tuvo acceso exclusivo Cambio21), dan cuenta de graves irregularidades. Desde agosto de 2011, oportunidad en que comenzó el proyecto en sí con la ingeniería  en su fase primitiva, la adjudicación de contratos de obras y las obras mismas de desarrollo, se daba cuenta de una inversión presupuestada de US$2.992 millones, sin contar con el costo de las «obras tempranas» que comenzaron dos años antes, totalizando US$3.424 millones.
«La materialización del Proyecto Nuevo Nivel Mina permitiría la explotación de 2.020 millones de toneladas con una ley media equivalente de 0,86% de Cobre y 0,022% de Molibdeno, en un régimen de producción de 137 mil toneladas de mineral por día», según cálculos que da a conocer la minera en su oficio secreto. La producción estaba definida para 2017 y sustentaría el cobre de Chile por a lo menos 70 años. Eso en planes, por cierto, porque la realidad dijo otra cosa muy diferente y eso lo supieron desde 2013 y callaron.
La Comisión Chilena del Cobre (Cochilco) en diciembre de ese año realizó la denominada «Auditoría a la Ejecución del Proyecto Nuevo Nivel Mina en la División El Teniente de Codelco-Chile», la que entregó conclusiones alarmantes que se mantuvieron ocultas:  «Se observó que el proyecto presenta un potencial de riesgo «alto de incumplimientode la promesa de valor establecida en la etapa de presentación y evaluación del proyecto; consecuencia de atrasos en el avance físico, originados principalmente por el bajo rendimiento de los contratos celebrados con terceros encargados de desarrollar las principales obras relacionadas con su ruta crítica», indicaba el documento.
¿Quién controla a los contratistas?
A pesar del informe se continuó con los mismos contratistas, que siguieron recibiendo dinero por anticipado y sin que, a su vez, algunos de ellos entregara las obras comprometidas en tiempo y forma; y todo ello en el entorno del más absoluto secretismo en las adjudicaciones de contratos. Estamos hablando de 104 empresas que van desde vigilancia, alimentación y hospedaje hasta la ingeniería, topografía y ejecución de las obras, túneles, caminos, accesos etcétera.
Solo respecto de los túneles de acceso al nuevo nivel del yacimiento subterráneo las malas obras ejecutadas y el constante desprendimiento de roca hicieron replantear todos los trabajos asociados. Se trata de dos túneles de nueve kilómetros de ancho, dos más que el estándar de la industria, que normalmente los construye de siete kilómetros en promedio. Iniciadas las obras se determinó disminuir su tamaño, según indicó el mismo presidente ejecutivo, Nelson Pizarro, en presentaciones ante el Congreso en Valparaíso. Oportunidad en que nada dijo acerca de la crisis que hoy reconoce.
De hecho el informe «secreto» de Codelco a la Cámara de Diputados destaca que «la Vicepresidencia de Proyectos informó a la empresa Constructora de Túneles Mineros CTM S.A. el término del contrato, deteniendo la construcción de 2 túneles de acceso del proyecto». La razón esgrimida es que «la actual estrategia de ejecución permite postergar en más de un año la construcción de los Túneles Principales de Acceso de Personal y del Sistema de Manejo de Materiales». ¿Luego de 6 años se dan cuenta de ello? ¿Y a dónde va a parar lo invertido?
Derroche sin parangón
A modo de ejemplo, uno de los casos más escandalosos de contratistas que originaron serias pérdidas a Codelco es el de Sacyr Chile SC SA, empresa a la que se le encargó la Ingeniería, detalle, construcción y montaje de la carretera Maitenes y Confluencia, y a cuyo contrato (de licitación privada) se le puso término anticipado habiéndole ya girado cerca de dos mil millones de pesos. Presentaba serios retrasos y sobrecostos que hicieron imposible continuar con la obra encargada.
La carretera, que tenía un costo estimado de US$152 millones, se encuentra detenida y «además  inutilizable» para cualquier otro fin. Los trabajos consistían «en la ingeniería y construcción de una carretera de calzada bidireccional de 16 kilómetros entre Maitenes y Confluencia, sector donde se ubicaría el túnel de acceso al futuro nivel de producción de la División El Teniente», daba cuenta Codelco al anunciar los trabajos. «Las obras encomendadas a Sacyr incluyen tres túneles carreteros, siete puentes y caminos de acceso, entre otras», se señalaba. Ello sucedía el 13 de noviembre de 2012, durante la administración de Sebastián Piñera.
Menos de 2 años después, el 7 de julio de 2014, Codelco ponía fin anticipado al contrato pues la obra presentaba retrasos importantes respecto de lo presupuestado, además de mayores costos en la ejecución de los trabajos iniciados en diciembre de 2012. Según la minera, «si no se tomaba esta determinación el costo final del camino habría sido más del doble del licitado originalmente. Codelco no puede aceptar estos rendimientos, como tampoco pagará sobreprecios no razonables».
Ineficiencia al límite
Dos años demoró Codelco en darse cuenta del  «desempeño deficiente en seguridad de Sacyr» durante la construcción de las obras. Y eso que casi un año antes la ineficiencia dio cuenta de la pérdida de vidas humanas, entre ellas la de un trabajador subcontratista de la misma empresa constructora. Las obras debían ser entregadas por Sacyr en agosto de 2015. Eso nunca ocurrió y se pagó por anticipado. A lo menos sospechoso.
La carretera fue abandonada. No solo eso, Codelco ordenó a través de la vicepresidencia de Proyectos  implementar «un plan de desactivación de la obra que construyó Sacyr». Es decir, se tiró a la basura todo lo invertido y eso es irrecuperable. El costo de lo derrochado equivale a la construcción de la carretera entre Machalí y Rancagua y aun así sobraría dinero. Cerca de mil trabajadores a la calle, entre ellos 540 directos de Sacyr y 280 subcontratistas de la constructora. Mil familias sin ingresos, solo en ese escandaloso «negocio».
Sacyr, al ser notificada del término de las obras, se mostró  sorprendida por «lo abrupta de la medida tomada por Codelco, pues no tuvimos ningún aviso previo por parte de la vicepresidencia de Proyectos, pese a que sabíamos que esta situación era la crónica de una muerte anunciada por los múltiples problemas que presentaba la empresa». Si el mismo Sacyr reconoce esa «crónica de muerte anunciada»,¿dónde estaba la fiscalización de Codelco que permitió un derroche de dos años de trabajo para luego «desmontar» lo hecho y botar el dinero de todos los chilenos a la calle?
Nadie responde
Cambio21 intentó contactar al vicepresidente de Proyectos de Codelco, Gerhard von Borries, a través de su secretaria, para obtener su opinión. No respondió las llamadas y tampoco su asesor de prensa. Él no era el vicepresidente en la época de los contratos y la auditoría, pero sí es quien, junto con presidente de Codelco, firma el oficio secreto a la Cámara en que reconoce los mayores costos y retrasos.
Increíble derroche en medio de la crisis internacional del cobre, la que  no será corta y que «en el mejor de los escenarios se extenderá hasta 2019, año en que el mercado visualiza que habría un exceso de demanda por el metal», según reconoce el mismo presidente del Directorio de la cuprífera más grande del mundo, Óscar Landerretche, quien agrega que la situación fiscal que emanaba del cobre «va a tomar varios años en solucionarse», entre otras razones distintas al efecto del precio del cobre, porque «los proyectos de Codelco también tardan en madurar». ¡Y de qué manera tardan!
La crisis en el manejo de contratistas es reconocida por el máximo dirigente del directorio de la minera como uno de los asuntos más importantes que llevó a Codelco a bajas utilidades en 2015, por ejemplo.
Según Landerretche, recién «a mediados de 2016 habrá una definición del nuevo Nivel Mina de El Teniente. Por eso llama la atención que reiteradamente Nelson Pizarro, presidente ejecutivo de la cuprífera, asegure que las obras del Nuevo Nivel Minas «nunca han estado paralizadas, aunque sí retrasadas».
Recuperan a costa de despidos
Durante la actual administración de Codelco miles han sido los despidos de trabajadores para intentar frenar las pérdidas originadas no solo por el precio del metal rojo sino que además por la ineficiencia que ha elevado costos y atrasado la producción, generando millonarias pérdidas. A ello se refería Nelson Pizarro cuando declaró que estaba en «economía de guerra». En total, en el sector los despidos llegaron a cerca de 18.000, la mayoría de ellos contratistas.
Solo en 2014, según el Consejo Minero, «la cuprífera tenía 242.000 trabajadores directos (38% de planta y 68% contratistas), y al finalizar despidieron 15.000 trabajadores, terminando con una dotación total de 227.000», señala.
En 2015 fueron más de 5 mil los despedidos, transformando a la minera en las con más despidos. El número de familias damnificadas es inmenso y todo ello debido a la ineficiente administración de proyectos.
En el Nuevo Nivel Mina, al momento de su paralización Codelco registraba 213 trabajadores propios y 3.100 contratistas, 1.368 cesados en sus empleos solo en el primer semestre de 2015.
El «secretismo»
«Cabe señalar que la presente minuta incluye información altamente sensible, estratégica, cuya divulgación pudiera afectar los intereses de la Corporación Nacional del Cobre de Chile, por lo que se recomienda solicitar a la H. Cámara de Diputados su tratamiento y almacenamiento de manera confidencial», señalan tanto Nelson Pizarro como Gerhard von Borries, presidente ejecutivo y vicepresidente de Proyectos de Codelco respectivamente, a la Cámara de Diputados.
¿Cuál es la «información altamente sensible» que contiene el informe «secreto»? ¿Cuáles son los «intereses» que se busca proteger? Lo concreto es que Chile ha perdido dos mil millones de dólares y deberá gastar otros US$2.000 millones más si quiere desarrollar el proyecto Nuevo Nivel Mina.
Deberá igualmente esperar al menos tres años en ver un gramo de cobre proveniente desde allí y, mientras tanto, miles de trabajadores han perdido sus trabajos, incluso algunos su vida. La carretera los Maitenes se fue a la basura, inmensos túneles desechados con millonarias inversiones irrecuperables, nadie responde y se tapan los desaguisados.
Para que se haga una idea, lo dilapidado en el fracasado proyecto del gobierno de Piñera y que se busca mantener en secreto equivale a setenta y siete mil viviendas a las que se puede optar con el subsidio para sectores medios 2016, a unos 500 mil casos Penta, dos mil casos Caval y 5.479.542 de ingresos mínimos mensuales ($250.000).
*Fuente: Cambio 21
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