Amanece nublado aquí en Tongoy, bahía de pescadores donde se junta la Corriente Fría del Pacífico que viene de la Antártida, con la corriente caliente que viene bordeando Sudamérica desde aguas tropicales. A consecuencias de ese choque se producen frecuentes vientos, que ahuyentan toda posibilidad de lluvia, y resecan la costa desértica.
Durante Semana Santa aparecen los vecinos con sus familias y sus majestuosos perros pastores.
Nuestra pequeña y amistosa perra, que cree que nosotros le pertenecemos a ella y no viceversa, emigra a jugar con los vecinos. Regamos nuestro jardín construido en el desierto, con agua salobre del pozo y revisamos nuestra correspondencia en Internet.
Aprovecho que el ordenador está de mejor humor para navegar buscando documentos históricos y noticias. Las noticias nacionales me deprimen un poco, pero las internacionales son espantosas.
La traición a la humanidad por parte de los gobiernos de los pueblos que se dicen civilizados, me espanta. Los miles de árabes huyendo de los territorios en guerra, sin tener a donde llegar, sin esperanza de poder asentarse en algo que no sea un campo de concentración, me resuena como una crucifixión colectiva.
El Imperio se tambalea, y sus hipócritas posturas han quedado al descubierto. Ni la tecnología, ni la ciencia, son justificación para Occidente. El poder del dinero ha triunfado por sobre todo, y se dedica a borrar del mapa todo lo que le molesta, mintiendo acerca de sus razones para hacer las cosas.
Leo acerca de los Bagaudas, los grupos de campesinos, esclavos, y desplazados que se levantaron contra el Imperio Romano, y fueron quemando villas y robando, en lo que ahora es Francia y España, en el siglo IV y V de nuestra era común.
Para reducirlos, el Imperio se alió con los Godos y con los Hunos y con cualquier jinete bárbaro de esos que merodeaban por los límites danubianos. Así los bárbaros fueron ocupando espacios y colonizando tierras, que estaban archi habitadas por los restos de las tribus autóctonas, desarmadas en su estructura por causa del Imperio, perdidos sus dioses y lenguas autóctonas, perdida su identidad y derecho a sus propias tierras.
Estos Bagaudas, quizás mis antepasados, fueron quemando villas de los grandes terratenientes romanizados, en un último intento desesperado por retomar el poder sobre su destino.
Claro que el remedio del Imperio salió peor que la enfermedad. Hidacio o Idacio, obispo en Galicia escribe una crónica sobre los hechos de este Imperio tardío, en que comienza contando que en Hispania era tal el hambre, que las madres se comían los cadáveres de sus hijos. Y esta hambruna fue provocada en parte por las rebeliones, por el asentamiento y regalo de tierras hecho a godos, suevos o vándalos, que no eran agricultores sino guerreros, por las intrigas entre las familias imperiales de Oriente y Occidente, que se asesinaban con fervor y la alianza con los guerreros, que al fin hicieron lo que les daba la gana, quedándose con el poder y las tierras después de un siglo o más de guerras y asesinatos.
Y en medio de esta lucha entre bárbaros y nativos, la Iglesia quedó como única heredera del poder del Imperio, y dirigió su fuerza a pelear contra los Prisicilianos y los Arrianos, tema de ortodoxia qué los tenía muy preocupados. O quizás estaban preocupados porque Visigodos y Suevos eran Arrianos y se estaban apoderando del poder temporal y los podían desplazar y quedarse sin tierras y sin nada.
Nada nuevo bajo el sol. El Imperio actual y sus aliados han metido la mano en el Medio Oriente, creyendo que podían manipular a su gente y obtener sus recursos petroleros sin tener que pagar la cuenta.
Los afectados se están vengando, reflotando el aspecto más retrasado de sus culturas, adjudicándoselo a la Religión, el pegamento más unificador para los pueblos, en este caso enfurecidos por las manipulaciones de Occidente.
Miles de personas desplazadas, cual nuevos Bagaudas arrancan de sus territorios por ser estos los campos de batalla de la guerra. Sin patria, sin esperanza y con desesperación llegan a Europa. Muchos son cristianos, crucificados por la guerra y sin la esperanza de una Pascua de Resurrección que los justifique. Y no se ven muchas soluciones masivas al problema, a menos que cada persona se haga cargo de un pedacito de solución.
Nuestros vecinos nos convidan a compartir con ellos unas empanadas y un rato de charla. La verdad es que no nos conocemos. Nos narramos nuestras vidas, nuestro vecino se emociona y cuenta cómo conoció a su esposa, 12 años mayor que él y Pastora Evangélica, y como se casaron contra todo pronóstico de su religión que no quería bendecirlos, por considerar que este matrimonio era un absurdo, ya que él no era evangélico , tenía 20 años y era estudiante. Y así llevan 22 años de matrimonio, se ven felices y también sus hijos.
Contaban que sus familias eran humildes mineros, ahora él es Geólogo dando un salto cuántico producto de su esfuerzo, y como mantenían los valores de honestidad, lo que les ha permitido ser felices siendo congruentes consigo mismos, en una sociedad extraviada entre el dinero y el parecer lo que realmente no se es.
Ellos se sienten bendecidos por Dios en su vida, y así compartimos, cantamos, y nos dejamos emocionar, y nuestra perrita vagabunda y amistosa se subió a mi falda, reconociendo nuestro vínculo, a pesar de su vida libre.
Y todo el horror del que tenemos noticias, quedó lejos por este mágico momento de amistad y sinceridad.
Olga Larrazabal S.
Pascua de Resurrección, 2016
El tema nos pareció tan apasionante, que decidimos insertar este texto tomado de Wikipedia para profundizar en detalles.
La Redacción de piensaChile
Bagaudas
El término bagauda (bagaudae en latín; en bretón bagad; en galo significaba «tropa») se utiliza para designar a los integrantes de numerosas bandas que participaron en una larga serie de rebeliones, conocidas como lasrevueltas bagaudas, que se dieron en Galia e Hispania durante el Bajo Imperio, y que continuaron desarrollándose hasta el siglo V. Sus integrantes eran principalmente campesinos o colonos evadidos de sus obligaciones fiscales, esclavos huidos o indigentes. El vocablo puede tener un doble origen, bien una raíz latinaque significa «ladrón», bien una de origen céltico que significa «guerrero».
Historia
La primera noticia de estas revueltas se tiene en la Galia, desde el siglo III, concretamente desde el año 285. El momento de auge de los bagaudas coincide con el de mayor incidencia de las invasiones germánicas del siglo V, en el que estas revueltas se trasladan también a la Tarraconense y a territorio vascón, en el marco de la crisis social y económica del Bajo Imperio Romano. Estos enfrentamientos se produjeron precisamente en un momento en el que el mundo romano se enfrentaba a una presión que no conocía parangón en los límites occidentales, desempeñando posiblemente un papel importante en la desintegración del mismo.
Los campesinos formaron tropas que se enfrentaron con éxito a los ejércitos romanos. En Hispania este movimiento se produjo sobre todo en el alto y medio valle del Ebro, entre los años 441–451. Su origen son las luchas de indígenas campesinos, libres o serviles, afectados por la crisis contra los grandes propietarios, entre los que estaba parte del episcopado urbano. Tuvo una gran virulencia, llegando incluso a matar al obispo deTarazona, a apoderarse de Zaragoza y saquear Lérida con el apoyo de los suevos. La derrota final se produjo en el año 454 con Federico, el hermano del rey visigodo Teodorico II, aliado de los romanos, si bien la crisis continuaría hasta el siglo VIII. Salviano de Marsella nos ilustra muy bien el fenómeno de las bagaudas:
Prefirieron vivir libremente con el nombre de esclavos, que ser esclavos manteniendo sólo el nombre de libres.
Aunque en su época se tendió a atribuir a este movimiento una mera finalidad de bandidaje, algunos autores reconocieron su carácter de revolución social. Así Rutilio Namaciano, en la celebración de la derrota de los bagaudas ante Exuperancio en el año 417, escribe que el vencedor «restituyó las leyes, restauró la libertad y no permitió que los propietarios fueran esclavos de sus propios esclavos».
*Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Bagaudas
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«Creo que el FP debería plantearse estas cuestiones, ocuparse mejor de encuadrar a su gente, enseñarles a trabajar en la clandestinidad, mejorar la organización para no hacer –como hoy- el ridículo ante el enemigo.»
Gracias, Olga, por compartir tus vivencias y los pedazos de historia pasada y actual que nos abruman –de los cuales sólo nos salva el calor humano que compartimos con quienes también nos entregan el suyo. Gracias! Muchas gracias!