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Algunos alcances sobre la falta de investigación científica y tecnológica en Chile

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En el artículo «Chile es un país que sabe demasiado poco para ser rico» queda en evidencia que las políticas estatales aplicadas o no aplicadas a la Ciencia y Tecnología en nuestro país, están siendo cuestionadas porque están demostrando ser erradas.
¿Siempre fueron erradas o hay algo en la historia que no lo estamos viendo?
¿Nunca hubo Investigación Científica y Tecnológica en Chile estimulada y patrocinada por el Estado?
Hasta los años 40 del siglo 20, se puede decir que la formación universitaria, a la cual accedía muy poca gente, era de gran calidad. Los puentes no se caían, los profesores hacían escuela, los Liceos daban una espléndida instrucción y los profesores rurales estaban muy bien preparados.
A partir de los años 40 del pasado siglo, hubo una masa crítica de profesionales brillantes en temas de Medicina, Química, diferentes ramas de la Ingeniería, Arquitectura, que permitió a los gobiernos del Frente Popular crear la Corfo, para promover la industrialización del país.
Así nació el Instituto Bacteriológico de Chile, en cuyas instalaciones se fabricó Penicilina y Vacunas de desarrollo nacional, que ayudaron a erradicar la gran tasa de mortalidad existente en el país.
En esta misma época comenzaron a florecer industrias nacionales, producto de la inmigraciones europeas que comenzaron a llegar a Chile desde fines del siglo 19, debido a las guerras y se creó la Corporación de Fomento de la Producción que patrocinaba estudios e industrias, y que bajo su alero se hicieron desarrollos notables en innumerables áreas, permitiendo pasar de un país bastante atrasado a uno con muchas posibilidades de modernización real.
Europa había quedado devastada después de la II Guerra Mundial, y las diferencias, aunque grandes, no se veían tan pronunciadas.   Así el Chile entre los años 40 y 70 del siglo 20 fue de esperanza en ese sentido, aunque faltaba mucho por hacer.
Dependiente del Ministerio de Educación, CONICYT fue creada en 1967 como organismo asesor de la Presidencia en materias de desarrollo científico. Durante 40 años, CONICYT ha estado presente en cada una de las iniciativas de apoyo al fortalecimiento de la ciencia y tecnología en Chile, orientando sus esfuerzos al objetivo final de contribuir al progreso económico, social y cultural del país.
En 1982 se crea el Fondo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico (Fondecyt), como el principal fondo público de apoyo a la investigación individual en Chile. Diez años después, nace el Fondo de Fomento al Desarrollo Científico y Tecnológico (Fondef) que busca promover la vinculación y asociatividad entre instituciones de investigación y empresas, con el objetivo de desarrollar proyectos de investigación aplicada, desarrollo precompetitivo, interés público y transferencia tecnológica.
Pero ya en esa época comenzaba el desmantelamiento de los Institutos creados anteriormente, porque Conicyt funciona si es que hay políticas claras de Ciencia y Tecnología con el financiamiento adecuado.
Los institutos de investigación del Estado de Chile fueron los siguientes:
Centro de Información de Recursos Naturales (CIREN, 1985), dependiente del Ministerio de Economía
Centro de Investigación Minera y Metalúrgica (CIMM, 1971), dependiente del Ministerio de Minería
Comisión Chilena de Energía Núclear (CChEN, 1965), dependiente del Ministerio de Minería
Corporación de Investigación Tecnológica (INTEC-Chile, 1968), dependiente del Ministerio de Economía
Fundación Chile (1976). Institución con participación estatal (Gobierno de Chile) y privada (ITT Corporation y BHP Billiton)
Instituto Antártico Chileno (INACH, 1963), dependiente del Ministerio de Relaciones Exteriores
Instituto de Desarrollo Agropecuario (INDAP, 1962), dependiente del Ministerio de Agricultura
Instituto de Fomento Pesquero (IFOP, 1964), dependiente del Ministerio de Economía
Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA, 1964), dependiente del Ministerio de Agricultura
Instituto de Salud Pública de Chile (ISP, 1979), dependiente del Ministerio de Salud ex Bacteriológico.
Instituto Forestal (INFOR, 1965), dependiente del Ministerio de Economía
Instituto Geográfico Militar (IGM, 1922), dependiente del Ministerio de Defensa.
Instituto Nacional de Hidráulica (INH, 1967), dependiente del Ministerio de Obras Públicas
Instituto Nacional de Normalización (INN, 1973), dependiente del Ministerio de Economía
Servicio Aerofotogrametrico de la Fuerza Aérea de Chile (SAF, 1963), dependiente del Ministerio de Defensa.
Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada de Chile (SHOA, 1990), dependiente del Ministerio de Defensa.
Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin, 1980), dependiente del Ministerio de Minería
Un grupo importante de Institutos y Centros de Investigación estatal fueron inicialmente creados y administrados por la Corporación de Fomento de la Producción (CORFO), para ser posteriormente trasladados a los ministerios de Estado. Estos fueron: El Instituto de Investigaciones Geológicas (IIG, 1957) posteriormente fundido en el Sernageomin, el IREN (Instituto de Investigación de Recursos Naturales, 1964) posteriormente transformado en el CIREN (1985), IFOP (1964), INFOR (1965), INTEC-Chile (1968) e INN (1973)
La Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica (1967), dependiente del Ministerio de Educación, define las políticas nacionales y principales líneas de inversión e investigación científica.
¿Que pasó con la Industria Nacional y los Institutos de Investigación desde 1973 en adelante?
La industria nacional sufrió los altibajos de las políticas chilenas, más bien ideologizadas que prácticas.  Primero fueron las expropiaciones efectuadas durante el gobierno de la Unidad Popular, que como no tuvo continuidad, dejó un montón de industrias en propiedad gubernamental.
El Gobierno Militar entrega la política económica a un grupo de economistas altamente ideologizados con la Escuela de Chicago, y los desarrollos neo-liberales de Von Hayek.
Esta vertiente ideológica, disfrazada de tecnocracia, postula la disminución del Estado en todas sus manifestaciones, y la privatización de todos sus recursos, los que pasan a manos privadas, y la apertura de todos los mercados a la globalización del mundo fomentando el comercio sin restricciones.
Esas manos privadas en Chile deseaban ganancias a corto plazo, y la investigación requiere tiempo, dinero y paciencia y la verdad es que los economistas no tenían mucha idea de la importancia de la Ciencia y la Tecnología, la cual tomaban como un dato externo dado.
El problema es que el que llegó tecnológicamente atrasado a esta globalización, se convierte en consumidor de los países que producen, si es que tiene dinero para consumir, y sus recursos naturales quedan a merced de los grandes financistas internacionales, que son los que imponen sus reglas.
Esto llevó a la venta de todas las industrias que pertenecían al Estado, ya que por su envergadura y sus objetivos sociales fueron creadas con ayuda de la Corporación de Fomento, y estas fueron compradas por transnacionales. Así sucedió con Endesa y otras.
Con respecto a la industria mediana nacionalizada, fue vendida a particulares, con préstamos del Banco del Estado.  No sé que proporción fue devuelta a sus dueños, quienes habiendo perdido 4 o 5 años de trabajo, no se interesaron por renovarlas, ya que al abrir los mercados al exterior la competencia los derrumbaba y muchos estaban descapitalizados.
Este proceso de desmantelamiento de la industria nacional y privatización se extendió a los Institutos de Investigación no solo en tiempos del Gobierno Militar, sino que fue aumentado por los gobiernos post dictadura.  Y daría para una memoria de título la investigación de cómo y a quien pasó el patrimonio de estos Institutos, y sus patentes.
Por de pronto puedo informar que en el Instituto de Investigaciones Tecnológicas (INTEC), se estaba desarrollando la investigación de la Lixiviación Bacteriana del Cobre ya en 1972, tema que la mayoría de las personas cree que fue una tecnología extranjera y novedosa.
La pregunta del millón es por qué en los gobiernos democráticos post dictadura, se siguió desmantelando todo el patrimonio del Estado de Chile, incluyendo el patrimonio en Centros de Investigación, renunciando a la posibilidad de crear tecnología y prácticamente regalando el trabajo hecho.
Y la respuesta es que todos los gobernantes del 90 a la fecha, adhirieron a la ideología de Von Hayek y abandonaron las metas país. Y esto es más visible para los extranjeros, que no se dejan seducir por la visión de los rascacielos de San-hattan, ni la cantidad de 4×4 que se ven por todo el país, y piensan en la generación de tecnología y no en el consumos de baratijas chinas o hindúes, que son placebos a corto plazo de una larga decadencia por venir.
Como mostré en otro artículo, en Chile hay investigadores capacitados y que tienen prestigio internacional, son los gobiernos los que no han tenido la capacidad de ver y de jugársela por Chile.
Veamos el ejemplo de Australia y Noruega, citado por el Sr. Hausmann.
El CSIRO (Organización Científica y de Investigación Industrial de la Commonwealth) es la agencia federal para la Investigación Científica en Australia con su sede en Camberra y numerosos establecimientos en Australia.  Fue fundada en 1916 como el Consejo de Asistencia para la Ciencia y la Industria, evolucionó al Instituto de Ciencia e Industria en 1920 y el Consejo para la Investigación Científica e Industrial (CSIR) en 1920
El CSIRO trabaja con organizaciones líderes en el mundo y el CSIRO Publishing publica revistas científicas presentando las investigaciones más modernas de científicos australianos y extranjeros y que cubren una amplia gama de temas.
Bueno, esto es lo que los creadores de los Institutos de Investigación de Chile tenían en mente cuando los crearon.  Y esto es lo que los gobiernos de Chile concertadamente deshicieron en pro de la mercachiflería actual que, por supuesto beneficia a otros y nos deja indemnes ante la baja de los precios de nuestras exportaciones de tipo extractivo.
Perdimos miserablemente casi 50 años de conocimiento que hubieran fortalecido nuestra posición, y ahora tendremos que pagar la cuenta.
Olga Larrazabal S.
Enero 2016
Ver también:
Domesticando las moléculas. Conversando con la Doctora en Química, Ligia Gargallo, Premio Nacional de Ciencias
 

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