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Mafiosos son quienes buscan el ocultamiento de la verdad e impiden se haga justicia

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NdeR piensaChile: Esta es la segunda Réplica de la periodista Maura Brescia:
Maura Brescia, Derecho a Réplica II

Y esta es la contrarespuesta del Señor Hermes Benítez:

Pensaba responder a la nueva andanada de acusaciones y falsedades, de la periodista, por medio de simples argumentos, y del contraste de sus ficciones con los hechos del caso. Pero es manifiesto que hemos entrado en una etapa diferente en la que Maura Brescia ha abandonado toda apariencia de respeto hacia mí y hacia el director de piensaChile, y se limita a repetir, con algunas variaciones, las mismas falsedades e infundios que le he refutado antes. De allí, entonces que en esta oportunidad contestaré de manera breve y puntual a cada una de aquellas falsas explicaciones, aunque no me ilusiono de que pueda hacerlo en orden, ni que consiga cubrirlas todas.

Con el fin de oscurecer, negar, o torcer el hecho inapelable de que cometió plagio, copiando sin comillas, ni indicación de fuentes, largas frases tomadas de escritos de mi autoría, la periodista ha recurrido desde el principio a una serie de tácticas retóricas que tiene como propósito central confundir a los lectores y autojustificarse. Ellas van desde el uso de argumentos ad hominen, en contra de quien la denunciara, que generalmente adoptan la forma de ofensas gratuitas, que buscan demonizarme ante los lectores, el uso de interpretaciones inverosímiles, o simplemente falsas, de hechos manifiestos, utilización de una definición restringida de lo que sería un plagio, y varias otras que mostraremos más adelante. Agréguese a lo anterior, aquella maniobra que se expresa en las repetidas invocaciones a los periodistas a que se movilicen con el fin de detener un supuesto ataque concertado a su profesión, de parte de cierto filósofo, que los odiaría colectivamente.

No es cierto que yo haya denunciado a Maura Brescia ante el Colegio de Periodistas porque ella crea en el magnicidio de Allende y yo no. La denuncié por plagio, porque ella cometió plagio. Véase en este mismo periódico el texto de mi denuncia al TRED.

Yo no he escrito nunca un libro titulado Las Mil muertes de Allende, como afirma ella, por cierto, sin indicar la editorial que habría publicado este libro fantasma, ni su página correspondiente.

Yo no he cambiado nunca mi posición respecto de las causas inmediatas de la muerte de Allende, esto no es más que una ficción inventada por Maura Brescia, con el fin de presentarme como alguien indigno de confianza y confundir los verdaderos hechos. Mi posición respeto de aquel hecho histórico la he mantenido desde que publique mi libro sobre el tema en el 2007, y presentado y argumentado en mis libros, artículos, ensayos y una entrevista, que el lector puede consultar si así lo estima conveniente.

Yo no he colaborado nunca, ni siquiera me he comunicado vía internet, con ningún partidario de la versión oficial de la muerte del presidente Allende. Lo que he hecho es polemizar con ellos en mis escritos (Véase mi libro Pensando a Allende) Pero hay gente en este mundo que reduce todo a una cuestión personal y considera la polémica como un acto ofensivo.

Yo no odio a los periodistas, como Maura Brescia quiere hacer creer a todo el mundo. Por el contrario hay muchos de ellos a quienes admiro, por ejemplo, a Augusto Olivares, Eugenio Lira Massi, Juan Pablo Cárdenas, Manuel Cabieses, Faride Zerán, etc. Un primo mío es premio Nacional de Periodismo Deportivo, y con el periodista Juan Gonzalo Rocha somos muy buenos amigos y hasta hemos escrito en forma conjunta. Por cierto, hay otros periodistas por los que no siento la menor admiración ni simpatía, por ejemplo, aquellos que, bajo la Dictadura Militar escribieron libros justificando el Golpe.

Es falso que yo haya “llenado de cartas” a la Presidenta del TRED. Contémoslas: 1. correo de denuncia, 2. correo de acuso de recibo, 3. Correo de respuesta al fiscal del TRED acusando recibo, 4. Mi respuesta a la resolución del TRED (6 de junio del 2014), que ahora recién vengo a enterarme por Maura Brescia, fue rechazada por dicho tribunal, sin que ni siquiera se me informara de ello), 5. Mi correo pidiendo a la Presidenta del Tribunal se sirviera acusarme recibo, de la que nunca recibí respuesta. Es decir, en total 5 correos, de los cuales solo tres fueron dirigidos a doña Doris Jiménez V., Presidenta de aquel Tribunal.

Todo este asunto de que mi artículo titulado “La Centralidad de la dimensión moral del gesto final de Allende”, no tendría “fecha conocida”, es un puro cuento inventado por Maura Brescia con el fin de probar lo que no podrá nunca probar, es decir, que ella no habría plagiado mis escritos. Quien quiera confirmar lo que sostenemos, no tiene más que ir al Google y buscar allí por su título, su autor, o por piensachile.com  Verán allí que el referido artículo fue publicado en piensaChile el 19 de mayo de 2011. En mi libro Pensando a Allende escribí erróneamente aquella fecha, como el día 18 de mayo (día en que fue publicado en el sitio www.elclarin.cl), es decir, me equivoqué en un día, Maura Brescia utilizó este error mío como justificación para urdir toda una historia siniestra de ocultamiento, digna de un cuento de ficción.

Otro de los procedimientos sofísticos utilizados por Maura Brescia para proyecta una imagen negativa y falsa de mi persona, es citar pasajes de escritos míos que han sido previamente recortados, de manera que aparezcan expresando lo que ella quiere que expresen. Un caso notorio es el siguiente:

Por allí, en uno de sus tantos alegatos y falsas acusaciones, la periodista se hace la siguiente pregunta retórica: “Me pregunto. Qué pensará el colega Ignacio González Camus, de quien el Sr. Benítez califica su obra (se refiere al libro El día en que murió Allende) con estos términos:

“Este libro, que se presenta como una investigación periodística y que encontró una favorable acogida entre el público lector chileno, no contiene, por desgracia, ninguna referencia a sus fuentes, orales o escritas, lo que lo hace poco confiable desde el punto de vista histórico, a pesar de sus manifiestos méritos”.(Subrayados de M.B.)

Para que el lector no sea engañado, y pueda comprender lo que efectivamente digo allí, citaré en su totalidad el pasaje en cuestión, que se encuentra en la página 93 de mi libro: Las Muertes de Salvador Allende. Una investigación crítica de las principales versiones de su últimos momentos, Santiago RIL Editores, 2007

El testimonio del Doctor Patricio Guijón, según Ignacio González Camus.

El libro del periodista Ignacio González Camus es uno de los más conocidos, entre los que entregan una descripción detallada de lo ocurrido, dentro y fuera de La Moneda, el día 11 de septiembre. Está basado en entrevistas realizadas entre abril de 1986 y marzo de 1988, así como en antecedentes recogidos de libros, periódicos y grabaciones. Sin embargo, desde el punto de vista de esta investigación, adolece de una deficiencia fundamental que le resta valor testimonial: el libro no contiene ni una sola indicación, ni general ni específica, de sus fuentes. En algunos casos se incluyen en el libro frases en letra cursiva que deben corresponder a la reproducción textual de lo dicho por algunos testigos, cuyos nombres, sin embargo, no se indican. Pero aunque es manifiesto que el autor hace uso de fuentes y relatos auténticos, en los casos en los que no se dispone de testimonios complementarios, es imposible establecer en detalle si lo allí consignado corresponde a la realidad histórica, o es una simple reconstrucción ficcional, o literaria, de los hechos”.

Como cualquiera que sepa leer podrá darse cuenta, en aquel pasaje no emito yo un juicio, u opinión crítica acerca del libro de González Camus, sino que me hago la siguiente pregunta metodolٕógica: ¿Es El día en que murió Allende, utilizable como fuente de conocimiento histórico sobre el golpe y la muerte del Presidente Allende? Mi respuesta es que sí, pero que debe ser usado con cautela en el caso de relatos que allí aparezcan, de los que no existan testimonios complementarios. Nótese que las palabras “que se presenta como una investigación periodística”, aunque aparecen dentro de un pasaje citado en bloque aparte, que es equivalente a un texto entrecomillado, no las escribí yo, sino que fueron puestas allí por Maura Brescia. Es decir, la misma “negligencia manifiesta y falta de rigurosidad en el uso de las comillas para denotar autoría de fuentes”, que le han creado tantos problemas.

Finalmente, quiero manifestar que resulta irónico que, prácticamente, lo único verdadero de lo que ha escrito Maura Brescia en sus dos últimas insultantes comunicaciones al director de piensaChile, es su revelación de que el TRED recibió mi respuesta a su resolución del 28 de mayo de 2014, pero que éste se limitó a ignorarla, sin siquiera tener la cortesía de acusar recibo de mi respuesta, ni de informarme de esta irregular y hasta ilegal decisión. Que los lectores extraigan de esto sus propias conclusiones acerca de la falta de imparcialidad y objetividad de aquel Tribunal, que ponen en evidencia estos hechos.

Hermes H. Benítez

Edmonton, Canadá, 14 de julio de 2014.

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