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Honduras: ¿nuevo golpe de Estado en América Latina?

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La situación es muy grave. Y la prueba más fehaciente es que el emporio mediático occidental no ha proporcionado prácticamente ninguna información sustancial sobre la forma en que se manifestó la elección presidencial hondureña, excepto clips que confirman a Juan Orlando Hernández, candidato de la organización neoliberal Partido Nacional como el virtual ganador en dicho país por sobre Xiomara Castro, del partido progresista LIBRE.
Honduras es el ejemplo tipo de lo que ha ocurrido en Centroamérica, donde la represión ejercida por los Gobiernos se ha manifestado de modo cruento, obligando a la población a aceptar los altos índices de miseria y expoliación del territorio nacional so pena de ser ajusticiado. Cerca del 70% vive en condiciones de pobreza y la calidad de vida está en sus niveles más bajos, especialmente condicionada por la violencia, que es considerada por el PNUD la más alta del mundo. El golpe de Estado dado por una alianza cívico militar el 2009 a Manuel Zelaya, presidente legítimo, enviándolo a una base militar estadounidense «para proteger su vida» y de inmediato al exilio, son hechos de clara dominación extra legal.
El 24 de noviembre 2013 fue el proceso electoral post represión, cuyos datos, emitidos por el Tribunal Supremo Electoral (TSE), aún con un 20% de las actas sin escrutar ni hechas públicas, confirmaron como ganador a Hernández, también militante del partido del presidente en ejercicio, Porfirio Lobo. De inmediato la Unión Europea dio a conocer un comunicado manifestando la normalidad de las elecciones, con gran afluencia de público, y su aceptación al nombre emitido; la OEA también se hizo parte de dicho informe. La embajadora de los Estados Unidos, Lisa Kubiske, manifestó que su Gobierno reconocía plenamente a dicho candidato y, por tanto, lo consideraba el presidente legalmente elegido. Algunas naciones se adelantaron a dar su visto bueno, especialmente Panamá y Colombia.
Sin embargo, lo que no se hizo conocer internacionalmente fueron las declaraciones de organizaciones observadoras con credibilidad, las cuales manifestaron un cúmulo de anomalías que convierten este fenómeno en fraude de altas proporciones. Se denunció la venta de credenciales de otros partidos al Partido Nacional con el fin de tener delegados con mayoría en las mesas, transmisión de datos incompletos y cuyas actas no coincidían de ningún modo, impedimentos del TSE para poder confrontar acta tras acta y conocer los errores, la militarización de Globo Radio y otras instalaciones gubernamentales, la inconsistencia entre votos y escrutinio, el recibo de fotocopias como comprobante de voto para recibir mercado, muertos vivientes y vivos sin poder votar, confirmación imposible de comunicación en transmisión, presidentes de mesa duales y de la misma organización política, todo lo cual, según declaraciones del Partido LIBRE, da como ganadora a Castro, tal como las encuestas lo preveían. Estas anomalías han sido confirmadas por representantes internacionales de Derechos Humanos, la Comisión Juan Bosh, Observadores por la Verdad, entre muchos otros, todos silenciados por los medios oficiales.
El día de la elección en la mañana se conoció del asesinato de cinco personas fuera de un centro de votación, afín al Partido LIBRE, considerándolo «ajuste de cuentas entre narcotraficantes» aunque con una clara señal a los votantes. De igual modo, al escribir esta columna la radiotelevisora Globo, prácticamente la única opositora, fue sacada del aire en diversos lugares del país al transmitirse las declaraciones de uno de los observadores de la Unión Europea, quien precisaba que en Honduras se había preferido una dictadura estable a una democracia para permitir el contrato actualmente pendiente entre ambos. La embajadora del régimen estadounidense calificaba las acciones violentas así como el asesinato de varios miembros del partido opositor en días previos y hasta este momento, como simples hechos aislados pese a que más de 250 activistas han sido exterminados.
Las graves denuncias realizadas por el observador de la Unión Europea, Leo Gabriel, que resumen gran parte de lo ocurrido, son relevantes: no corresponde a las metodologías profesionales emitir apreciaciones sin corroborar directamente todo el proceso eleccionario. Es evidente la unidad férrea del Tribunal Supremo Electoral-Gobierno-Partido Nacional-Fuerzas Militares-Fiscalía de delitos económicos, integrados en una posición monolítica.
El Partido Libre ha hecho varias propuestas de contextura pacífica que tiendan a desarrollar una auditoría a todas las actas y mesas de votación para determinar cuántos votos fueron borrados o cambiados tanto a esta organización como al Partido Anti Corrupción, el que asimismo fue lesionado enormemente. La transparencia de los Medios, el cese de la represión e intimidación, la resistencia al fraude y la no aceptación de los resultados hasta tanto se realice el reconteo de votos, son ideas que se enlazan en la reivindicación de un país con derecho a la verdad. El axioma es claro: transparencia no es solo denunciar sino corregir. Si no existe, el teatro es aún más claro por lo cual la petición de revisión de actas al TSE únicamente será exitosa en la medida que sea acogida favorablemente y se dé lo exigido.
La negación insistente del Gobierno a realizar elecciones con voto electrónico, de menor costo y más confiable que el conteo manual, se suma a los indicios que llevan a considerar un consumado fraude de altas proporciones avalado por el Estado, y es lo que se considera una dictadura ‘suave’, es decir, donde la presidencia no la ejerce un militar sino que un civil con el acompañamiento pleno de una represión estatal en todos los órdenes y con mandato de ajusticiamiento a quien se oponga con algún asomo contestatario. Para los grupos de poder en América, la democracia tiene otro significado: usar el aparato estatal para sus fines y este protege a las familias poderosas de cada nación, se debe permitir la venta y usufructo de todas las riquezas nacionales a estos empresarios, la pobreza tiene que ser morigerada a través de la caridad, las protestas son lesivas y la fuerza policiva militar tiene que ‘armonizarlas’ como función obligatoria para garantizar la paz.
Sin embargo, paulatinamente comienza a conocerse a través de las redes y algunos canales con cierta independencia que la población ha salido a protestar masivamente aunque siendo reprimida, caracterizándose por el asesinato de un militante insigne como José Antonio Ardón, Emo dos, después de dicha movilización.
Lo fundamental es que hoy día amplios sectores del mundo poseen conciencia de que la injusticia no podrá seguir existiendo con la impunidad que campeaba hasta hace pocos años y, aun cuando logre efímeros triunfos como este a través del engaño y la coacción, ni siquiera los capitales invertidos en la trampa serán suficientes para sostenerlos en el poder. Parece ser que estos nuevos aires cada vez más permiten respirar libertad pese a que la guadaña amenazante muestre su almarada presta a incrustarse en el cuerpo inocente. Los tiempos caminan más rápido de lo previsto y el horizonte cercano preve cambios fraternos para los pueblos que reclaman equicracia.
– El autor, Carlos Santa María, es analista internacional

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