Los pillines son como los preservativos para la candidata Michelle Bachelet
por Rafael Luis Gumucio Rivas (Chile)
11 años atrás 4 min lectura
Michelle Bachelet semeja una muñeca Barby de probeta: sus cercanos servidores tratan de impedir su participación en diálogos, entrevistas, debates o foros donde exista el riesgo de que meta la pata, o también de que sus rivales le exijan claridad sobre algunos puntos de sus propuestas; hasta ahora, el “mérito” es su virginal vaguedad, pues nadie sabe si tocará o no el FUT, en el tema tributario de su programa, pero lo que sí está claro es que la recaudación de un 2,5% del PIB no alcanza para llevar a cabo ninguna reforma substancial en salud y educación. En Previsión, sólo sabemos que propone una AFP estatal que, dadas sus características de operabilidad, sirve para poco, pues sólo permitiría bajar los pagos de administración, si se compara con las AFPs. En otro aspecto, habla en vago habla de una nueva Constitución, sin indicar la metodología, el contenido, no el fin.
Algunos de los asesores y consejeros están seguros de que Bachelet ya ganó la elección, pues saben bien que mientras menos ciudadanos concurran a las urnas, es más seguro su triunfo, en consecuencia, el objetivo apunta a que la campaña electoral sea lo más anodina posible; si se plantea este escenario, lo mejor para la candidata es evitar los contrastes entre la candidata y sus rivales, en definitiva, mantenerla en la probeta.
Con la llegada de la primavera también florecen los pillines: reaparece, por ejemplo, Eduardo Bitrán como representante de la Nueva “Pillería” en el foro sobre la energía, realizado en CNN Chile – desde ya podemos darnos por notificados de que Expansiva ocupará el ministerio del Ramo -; Escalona, Girardi y otros reyes de las malas prácticas, se fotografían con la candidata en su propaganda a la reelección parlamentaria; los nuevos ricos del antiguo Mapu reaparecen con nuevas ínfulas, seguros de que sus empresas lobistas tendrán mucho éxito en el eventual gobierno de la dama Bachelet. Vemos, a menudo, a Enrique Correa, a José Joaquín Brunner, a Oscar Guillermo Garretón, a Eugenio Tironi, entre otros, haciendo una vocería informal de la candidata – se trata de asegurar que Bachelet hará un gobierno favorable a los empresarios y que su propuesta tributaria es un mero volador de luces, para encantar a las “bigotudas” socialistas.
La Concertación ha probado, a través de sus cuatro gobiernos, ser muy hábil para atraer a los ciudadanos, con programas muy avanzados, pero vagos en su fondo, y gobernar, posteriormente, “con explicaciones” – cada numeral de su programa que no se cumpla se explica, sea por el contexto histórico, o porque son minoría en el Parlamento – lo cual es falso, pues tuvo mayoría en algunas legislaturas, en especial al comienzo del gobierno de Bachelet, que se dio el lujo de perderla -, es el caso, por ejemplo, de la aniquilación de la educación pública, que los llevó a justificar el pacto con la derecha, en razón de ser minoría para ese entonces, pariendo un esperpento de proyecto que, hasta hoy, se lamentan los concertacionistas – recordemos que fue refrendado este Acuerdo en una ridícula y vergonzosa ceremonia en La Moneda, y dan risa las declaraciones del funcionario del ministerio de Educación, Pedro Montt, que prorrumpió en llanto por la emoción que le embargaba, y la actitud de tomarse efusivamente de la mano Yasta Provoste y Carlitos Larraín -. Si aún hay ingenuos que crean en el fortalecimiento de la educación pública, gratuita y universal para todos los niños y jóvenes, allá ellos, que tienen vocación de “macabeos”.
En este último mes de campaña veremos un despliegue publicitario sin límites, especialmente de las dos candidatas “aviadoras”: no en vano, Michelle Bachelet tiene el apoyo de los Luksic, amén del crédito del BancoEstado – hoy institución prácticamente privada que, algunos malévolos están convencidos de que es una sucursal del Banco de Chile -.
A estas alturas de la campaña, los píllenles democratacristianos se ha repartido las empresas públicas: los “socios-listos”, los ministerios; los PPD, las intendencias; los comunistas, las gobernaciones: los “rádicos” las sub-delegaciones. El festín de los audaces sólo espera que llegue luego el 17 de noviembre para no dejar ninguna migaja de este pobre país.
05/10/2013
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